Los jóvenes españoles no confían en encontrar trabajo el primer año de búsqueda

Un estudio revela el pesimismo de una juventud con pocas expectativas laborales. El desempleo juvenil en España roza el 50%. Es decir, prácticamente uno de cada dos jóvenes se encuentra sin empleo. Este dato ayuda a entender los resultados del estudio de Adecco “Jóvenes y empleo: sus sueños y sus expectativas”, que muestran a una juventud española más pesimista en cuanto a las perspectivas de futuro que sus coetáneos del mundo. El 42,2% de los jóvenes españoles no cree que encuentre trabajo en el primer año de búsqueda de empleo, siendo el porcentaje más alto entre los países entrevistados.
 
El informe se ha realizado tras las respuestas de casi 10.000 jóvenes de diferentes países representativos, entre los que se encuentra España, donde los encuestados ascienden a más de 1.000. A pesar del pesimismo laboral, la juventud española se muestra satisfecha con la formación y preparación que recibe para enfrentarse al mercado de trabajo. El 88,9% de los estudiantes españoles considera que está preparándose adecuadamente para conseguir el trabajo de sus sueños, lo que los convierte en los segundos mejor considerados, superados sólo por los mexicanos (90,8%). Inmediatamente después se sitúan los alemanes (83,1%) y los australianos (82,9%).
 
No obstante, el estudio Internacional de Adecco “Jóvenes y empleo: sus sueños y sus expectativas” revela que más del 30% de los jóvenes españoles sienten que no están preparados con las competencias y habilidades adecuadas para el día de mañana. Según los resultados, los jóvenes consideran que les falta experiencia laboral previa, y aprender nuevos idiomas para acceder con mayores posibilidades al mercado laboral. Solamente el 10% de los preguntados creen que necesitan obtener un grado universitario para ampliar sus opciones. Un dato que en realidad se traduce en la gran cantidad de licenciados universitarios que hay en España que, evidentemente, no creen necesitar un grado.
 
El pesimismo cortoplacista que muestra el estudio encuentra su antítesis en el largo-plazo. Las perspectivas para dentro de diez años revelan una juventud relativamente esperanzada en  tener estabilidad económica o conseguir el trabajo de sus sueños.