Mientras Soraya Sáenz de Santamaría se ha preparado a conciencia el debate contra los adversarios de su jefe, este se ha entregado a los baños de multitudes. En el día del primer debate televisado a cuatro en una campaña a La Moncloa, su actual inquilino se ha entregado a diligencias mucho más relajadas. Rajoy ha aprovechado la jornada para darse baños de multitudes en la Costa del Sol y almorzar paella en un restaurante cuyo nombre evoca uno de los episodios más tensos para los populares en esta ya pasada legislatura.
Mientras su ‘número dos’, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, ha dedicado el día a preparar a conciencia el enfrentamiento con los que disputarán a su jefe la Presidencia de Gobierno el próximo 20 de diciembre, el propio Mariano Rajoy ha optado por darse un poco de Sur. Su jornada ha comenzado en Estepona, donde el PP consiguió renovar la alcaldía en los comicios del pasado mes de mayo, a cuyos ciudadanos ha agradecido el contribuir a que la Costa del Sol sea “un magnífico lugar para vivir”.
Tras el pertinente paseo plagado de muestras de simpatía y cordialidad, la siguiente parada ha sido Marbella. En la ciudad emblema por excelencia de la costa malagueña el candidato popular ha mantenido un encuentro con militantes y simpatizantes desde el que ha acudido a un conocido restaurante que, técnicamente, se encuentra en la pedanía de San Pedro de Alcántara: El Gamonal.
En el establecimiento ha dado cuenta de una tradicional paella que, según fuentes informadas, algunos miembros de su equipo se habrían atrevido a acompañar también de un ‘aperitivo’ de callos. El presidente de Gobierno ha tenido a bien hacerse una foto con el personal del restaurante, cuyo servicio ha calificado de “estupendo”. Un trago, si bien el contenido de las copas no ha trascendido, mucho más gustoso que el último Gamonal al que se tuvo que enfrentar el presidente de Gobierno.
En enero de 2014 se produjeron fuertes enfrentamientos entre vecinos del barrio de este mismo nombre de la ciudad de Burgos y las fuerzas del orden. Todo a cuenta de un plan urbanístico que pasaba porque el consistorio, regido por un hombre del PP, dedicase una abultada suma de dinero a remodelar un bulevar previa concesión de las obras al polémico empresario Miguel Méndez Pozo. Un asunto que requirió la intervención directa de Génova para reinstaurar la calma.
La última parada del todavía presidente ha tenido lugar en Algeciras. La caravana del PP ha hecho escala en el Teatro Maravillas de la ciudad, donde Rajoy ha estrechado la mano a su alcalde popular, además de a la anterior regidora de Cádiz, Teófila Martínez; el delegado de Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz Cabello; y el líder de la formación en Andalucía, Juanma Moreno. Desde allí, según ha confesado el propio presidente, saldrá volando para Doñana.
Allí, Rajoy pasará la noche en compañía de su familia, con los que ha prometido ver cómo su segunda encaja y responde a los golpes que a buen recaudo recibirá de sus tres oponentes, que en realidad lo son del presidente. El menú de la cena no se sabe, aunque todo apunte a que el presidente tampoco tendrá que enfrentarse a los fogones este lunes de ‘puente familiar’, pues como reconoció en su reciente entrevista a Bertín Osborne, la cocina no es precisamente su hábitat natural. Hoy, tampoco lo serán los platós de televisión.
