Las acciones de Campofrío han llegado a dispararse este jueves hasta un 17% al alza. A falta de novedades sobre la marcha de la compañía, la especulación sobre una eventual retirada bursátil del valor, cosa que su accionista mayoritario ya intentó en 2011, ha sido el motor de estas verticales y volátiles alzas.
Dado el aluvión de OPA de exclusión por parte de accionistas mayoritarios que en las últimas semanas se registra el parqué madrileño, los especuladores y oportunistas no hacen más que tantear compañías que pudieran correr la misma suerte. En esta ocasión, le ha tocado el turno a Campofrío, donde las bruscas alzas de mediodía han terminado por suavizarse hacia el entorno del 6% arriba al término de la sesión.
Como en otras cotizadas que en los pasillos de la Bolsa suenan como susceptibles de recibir una OPA de exclusión que las retire del parqué, la fabricante de alimentos cárnicos cuenta con un núcleo duro de accionistas que ya se ha mostrado interesado en hacerse con el control total de la firma. Además, sus precio de cotización ha caído con fuerza en los últimos meses y se espera que, una vez llegue la deseada recuperación económica, se incrementen sus ingresos, sobre todo en productos de más alta gama.
Los especuladores que en los últimos días han tanteado cotizadas tan dispares como Colonial, Uralita y Endesa con desigual suerte han contado con factores técnicos como aliados de su ataque a Campofrío. Los expertos chartistas destacan que la alimentaria había dado señales de compra con la superación de los 4,12 euros por acción acompañados de un volumen creciente. Los rumores han hecho el resto, si bien no ha sido capaz de superar la resistencia que ha encontrado en los 5,19 euros unitarios, clave según los expertos para mantener el rebote de un valor que ha perdido un 27% en lo que va de año.
En primavera de 2011, el accionista mayoritario de Campofrío, el estadounidense Smithfield Foods (36,99%), lanzó una OPA de exclusión conjunta con el presidente de la española, Pedro Ballvé (12,4%), para hacerse con el control total de la cárnica. Sin embargo, el retroceso bursátil de Smithfield y la escasa aceptación que cosechó el precio ofrecido (9,50 euros, con una prima del 15%) obligó a la retirada de la puja ese mismo junio, apenas unos meses después. Dado el actual clima del parqué madrileño, algunos gestores dan pábulo a que los dos accionistas fuertes vuelvan a la carga.
Lo que sí es cierto es que, al calor de los rumores y la situación técnica favorable que atraviesa Campofrío, más de 200.000 acciones habían cambiado de manos a una hora para el cierre del parqué, mientras que la media anual de una jornada completa apenas alcanza los 8.400 títulos. En las compras, los brókeres que ponían la voz cantante eran Renta 4, Mercavalor y el Popular, mientras que los de Bando Espírito Santo, Morgan Stanley y Société Générale dirigían el lado vendedor de la ventanilla.
