Los bancos aflojan cartera de inversión en Bolsa española mientras que la privatización de Aena da lugar al mayor peso nunca visto de las administraciones públicas. Nunca antes el peso inversor de los bancos en Bolsa española había sido tan ínfimo como ahora. Al término del pasado ejercicio, las entidades financieras mantenían en cartera posiciones por tan solo un 3,6% del parqué madrileño, apenas un cuarto de su peso en 1992, año en el que arranca el registro que ahora cede a mínimos históricos.
La cuota actual de peso en las cotizadas españolas del sector financiero es nada menos que 12 puntos inferior a la de aquel 1992 y se queda 5,8 puntos por debajo de la registrada al término del año 2007, arranque de la crisis financiera. A pesar de los canjes de deuda por acciones a la que han recurrido algunas cotizadas para esquivar la quiebra, los registros de Bolsas y Mercados Españoles (BME) dan cuenta de “los profundos cambios estructurales experimentados en el ámbito empresarial de la economía española” en el último cuarto de siglo.
Con respecto al ejercicio precedente, en 2015 la participación de las entidades financieras en el parqué madrileño cedió un 0,7%. Este retroceso es consecuencia de dos factores: el descenso en precio de mercado de algunas empresas cotizadas y de la política de desinversiones en la que sigue el sector, a veces forzada a cambio de ayudas públicas, como es el caso de la nacionalizada Bankia, una antigua habitual de los grandes valores españoles.
Si a estas participaciones directas de la banca se suman las de compañías de seguros e instituciones de inversión colectiva como fondos y sicav, la participación asciende al 11,5%. De nuevo, el mínimo histórico que recoge la serie. Un escenario muy distinto al de la inversión de no residentes, que con un peso del 42,3% supone la segunda mayor cartera de la historia, así como las administraciones públicas, que a consecuencia de la participación del 51% en Aena del Estado español alcanza máximos de los últimos 18 años para los que hay datos registrados.
La participación de los inversores extranjeros, además de situarse en 5,5 puntos por encima de los datos de 2007, está por encima de la media de la Unión Europea. En el caso de las administraciones públicas, su peso alcanza el 2,9% de la Bolsa española. Las familias residentes tienen en sus manos un 24,4% de las acciones, siempre según los datos aportados por BME para el cierre del ejercicio 2015.
A pesar de las cifras anteriores, ninguno de estos tres es protagonista del mayor engorde de cartera. Este corresponde a las empresas no financieras, que pasan a ser propietarias del 18,9% del valor de las empresas cotizadas en la Bolsa española. Este porcentaje supone 1,8 puntos más que hace un año y la ruptura con una tendencia decreciente que se había impuesto en los cuatro ejercicios precedentes.
