El español Lucio Ángel Vallejo Balda llegó a asegurar que él era el nuevo secretario general de la nueva Secretaría para la Economía de la Santa Sede. El Papa Francisco ha convertido a su secretario personal, monseñor Alfred Xuereb, en el ‘número dos’ del nuevo ‘Ministerio de Finanzas’ del Vaticano, tumbando de este modo las aspiraciones del español Lucio Ángel Vallejo Balda, ligado al Opus Dei, que llegó a asegurar hace tan solo una semana que él era el que ocuparía ese cargo.
El nombramiento de Xuareb como secretario general de la nueva Secretaría para la Economía ha sido una completa sorpresa porque incluso el cardenal George Pell , que será el número uno de este ministerio al presidir el Consejo de Economía, había presentado en los últimos días como candidato para el puesto al español, actual secretario de la Prefactura de Asuntos Económicos del Vaticano y cercano al Opus Dei, según señala Vatican Insider. El propio Vallejo Balda llegó a asegurar a la agencia Europa Press que él iba a ser el futuro secretario general de la nueva Secretaría de Economía de la Santa Sede y que llevaba ya varios años trabajando en la misma materia.
Según el Motu Proprio firmado por el Papa Francisco para instituir un Consejo y una Secretaría para la Economía del Vaticano, el prelado secretario general ayudará al Prefecto de Economía. El documento también hace referencia a la figura de Revisor General, que tendrá que revisar las cuentas y balances del Vaticano.
Concretamente, el Consejo para la Economía tiene como función «ofrecer orientaciones sobre la gestión económica y vigilar las estructuras y las actividades administrativas y financieras de los dicasterios de la Curia Romana y de las instituciones de la Santa Sede».
El documento especifica que este Consejo estará compuesto por 15 miembros, 8 de los cuales serán «elegidos entre los cardenales y los obispos» y los otros 7 «son expertos laicos de varias nacionalidades, con competencias financieras y reconocida profesionalidad».
La otra institución económica es la Secretaría para la Economía, que «teniendo en cuenta lo establecido por el Consejo para la Economía», responde directamente ante el Papa y «actúa como control económico y vigilancia» sobre los órganos económicos y sobre los procedimientos políticos de gestión.
