Las tres medidas de Varoufakis para el Grexit que Tsipras rechazó

Las tres medidas de Varoufakis para el Grexit que Tsipras rechazó

Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia

El anterior ministro de finanzas griego asegura que Podemos fue la causa del rechazo de Guindos a sus propuestas y cree que Tsipras dimitirá Emitir pagarés, una quita sobre los bonos griegos de 2012 en posesión del BCE, y la toma de control del Banco de Grecia fueron las tres medidas que el anterior ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, sugirió tomar al primer ministro griego, Alexis Tsipras, en el caso de que el BCE cortase la liquidez a sus bancos, como finalmente sucedió. Una posibilidad de la que Varoufakis, según su relato en una entrevista que hoy publica el periódico New Statemen, alertó durante un mes al grupo de gobierno y con la que las instituciones buscaban forzar al Gobierno griego a un «acuerdo humillante». Ante ella, según el ex ministro, Grecia debería haber respondido con estas tres medidas que si bien no habrían supuesto la salida del euro, el Grexit, habrían supuesto una señal lo suficientemente creíble de que no estaba dispuesta a ceder.

Sin embargo, su recomendación de responder “energéticamente” a las medidas de presión de las instituciones europeas, fue rechazada por cuatro votos a dos en el núcleo duro del Gobierno. Una decisión que junto a la de no aprovechar el capital político que les dio el 61% de votos que consiguió el “No – Oxi” en el referéndum para fortalecer su posición negociadora, habría sentenciado el sentido del acuerdo. “Al haber aceptado el primer ministro la premisa de que pase lo que pase, haga lo que haga la otra parte, no íbamos a responder de una forma que les desafiase; esencialmente eso significa que te estás plegando… Entonces, dejas de negociar”, declaró Varoufakis.

No obstante, el ex ministro de finanzas griego en cierta forma justifica esta posición de Tsipras al reconocer que no está seguro de si habrían sido capaces de gestionar una posible salida del euro, ya que la salida de una unión monetaria requiere un grado de “expertise” que cree que quizá no hubiesen sido capaces de reunir en Grecia. Al menos, no sin ayuda exterior. Una valoración en la que coinciden analistas internacionales, como Paul Mason, quien ha señalado que entre las dificultades que Syriza ha tenido que afrontar en su llegada al Gobierno griego se encuentra la de no poder contar con un cuerpo funcionarial suficientemente profesionalizado e independiente, debido en gran medida a los años de corporativismo y nepotismo que caracterizaron a la gestión de los gobiernos de Nueva Democracia y Pasok.

En este sentido, Varoufakis señala que aunque disponía de un pequeño grupo, un “gabinete de guerra” de cinco personas, dentro del Ministerio que sí había preparado un plan para la eventualidad de un Grexit; preparar al país entero, habría requerido de una decisión ejecutiva. Una decisión que nunca fue tomada. Algo que, en cierta medida, también ha venido a justificar hoy en una entrevista en el programa de la radio australiana Late Night Live al explicar que una vez comienzas a implementar un plan así, necesitas “pasar de 5 a 500 personas, que es el mínimo que necesitas, y entonces es inevitable que se haga público con lo que se genera una dinámica de profecía autocumplida”.

De hecho, Varoufakis señala que siempre fue muy cauteloso para no enviar una señal de esas características que pudiese activar esa posible salida del euro; pero, en todo caso, incide en que enviar la señala de que el Gobierno griego estaba dispuesto a tomar ese camino si se les situaba ante una oferta inaceptable, era su única opción.

Ausencia de legitimidad democrática

Varoufakis también alerta sobre el modo en que se toman decisiones que “son casi de vida o muerte” ya que “un órgano que formalmente no existe es el que tiene el mayor poder para determinar la vida de los ciudadanos europeos”. Así, se puso de manifiesto en la reunión del Eurogrupo a la que no se le permitió asistir, para a continuación emitir un comunicado sin la unanimidad de todos los estados miembros del euro; un requisito que hasta ese momento se entendía como necesario. En esta situación, Varoufakis decidió recurrir a los servicios jurídicos de las instituciones europeas para recibir la respuesta de que “dado que el Eurogrupo no está regulado por ninguna Ley”, se puede permitir ese margen de discrecionalidad y, en cierta forma, operar de manera “ad hoc”. Unas características que se ven agravadas por la falta de transparencia ya que sus reuniones son confidenciales y ni tan siquiera se toma acta de ellas. De esta forma, ningún ciudadano sabe lo que se dice dentro y ningún Estado miembro tiene que responder ante nadie.

El exministro griego señala también como dichas reuniones están dominadas por el ministro de finanzas alemán, Wolgang Schäuble, sin que nadie se atreva a contradecirle ante el temor de sufrir las consecuencias enfrentarse al socio más fuerte de la Eurozona. Así, según su versión, si bien en reuniones informales previas al Eurogrupo habría recibido expresiones de simpatía de algunos de sus contrapartes, entre los que insinúa que se encontraría la mismísima directora gerente del FMI, Cristine Lagarde, Varoufakis relata como una vez dentro de las reuniones del Eurogrupo “se parapetan en la versión oficial”. La versión entonada por Schäuble.

De esta forma Varoufakis describe como fueron boicoteados los intentos griegos de negociar un nuevo acuerdo ya que cada vez que se avanzaba sobre un tema concreto como por ejemplo el IVA, se cambiaba a otro completamente diferente, como privatizaciones, antes de que existiese la posibilidad de llegar a una posición común sobre esa materia. Algo que según el griego respondía a una estrategia premeditada para no llegar a un nuevo acuerdo ya que “cuando quieres hablar de todo, es que en realidad no quieres hablar de nada”.

Y es que según su relato, el propio Schäuble habría llegado a insinuar que aquellos países sometidos a un programa de rescate económico, no podían ver modificado el rumbo de sus políticas económicas por los resultados electorales. Una actitud que contrasta con la que según Varoufakis, la canciller alemana, Angela Merkel, mostraba a Tsipras, a quien aseguraba que encontrarían una solución de común acuerdo. Una estrategia de poli bueno-poli malo, implícita en el relato del griego, que habría sido coordinada con el objetivo de alargar las negociaciones hasta eliminar el margen de negociación del gobierno de Atenas para entonces hacerles llegar “el tipo de propuesta que haces cuando no quieres un acuerdo”.

El temor de Guindos a Podemos

Una hostilidad que habría sido compartida por los países de la periferia europea, ya que de haber conseguido los griegos un mejor acuerdo, les habría traído problemas políticos ya que tendrían que haber explicado a sus pueblos el motivo por el que ellos no lo habían conseguido.

En una clara referencia al ministro de Economía español, Luis de Guindos; Varoufakis señala que “cuanto más hablaba Podemos en nuestro favor, más hostil hacia nosotros se hacía el ministro de Finanzas que representa a su país”.

Tratado de Versalles

Finalmente, señalar que en su intervención de hoy en el programa australiano Late Night Live, Varoufakis ha calificado el acuerdo de esta mañana como un “nuevo Tratado de Versalles” que, en su opinión, constituye una catástrofe para el proyecto de una Unión Europea democrática. Incluso ha llegado a comparar el acuerdo con el golpe de Estado de 1967 que instaló una dictadura militar en Grecia. “En los golpes de Estado el arma que se utilizaba para derribar la democracia eran los bancos. Esta vez han sido los bancos y en lugar de usarlos para apoderarse del Gobierno, lo han hecho para apoderarse de los bienes públicos”, afirmó Varoufakis, quien también ha indicado que estaría “muy sorprendido” si Tsipras quisiese permanecer como primer ministro después de este acuerdo.

Más información