La barrera idiomática se une a los recelos contra el co-director ejecutivo Anshu Jain por el plan de reorganización del gigante bancario alemán. Descontento entre los accionistas de Deutsche Bank por la reorganización de la entidad llevada a cabo por la cúpula directiva, que se hizo notar en la reunión anual celebrada ayer. El 39% del capital representado se negó a dar un sello de aprobación a las actuaciones de Anshu Jain y Jürgen Fitschen, co-directores ejecutivos de la entidad, en 2014. El resto de la junta directiva de Deutsche se enfrentó a similares niveles de protesta.
El mayor banco de Alemania cambió a algunos ejecutivos y reorganizó responsabilidades antes de su reunión anual de accionistas, dejando a Jain a cargo de una reorganización y recorte de costes pese a haber sido objeto de críticas por incumplir metas previas. De hecho, sólo un 61% de los accionistas votaron a favor del desempeño en el 2014 de Jain y Fitschen, frente al 89% del año pasado, según recoge la agencia Reuters.
El banco, que el mes pasado llegó a un acuerdo con las autoridades estadounidenses para pagar una multa de 2.500 millones de dólares por la manipulación del Libor, anunció recientemente una reorganización de su estrategia. En concreto, Deutsche Bank tiene intención de recortar sus costes en 4.700 millones de euros, vender su filial minorista Postbank y reducir su banca de inversión. Este plan de reorganización fue calificado de poco atrevido y muy tardío por algunos inversores.
Pero la gestión del banco podría no ser el único foco del descontento de los accionistas, sino que la figura de Jain ha despertado recelos incluso por su desconocimiento del idioma alemán. A pesar de que se trata de una de las estrellas del sector financiero, Jain no habla alemán y eso significa que con frecuencia parece incómodo en eventos de accionistas, dominados por pequeños y a veces vociferantes inversores, señala la agencia británica.
El co-director ejecutivo dio el jueves su discurso en inglés, pero para cumplir con la ley alemana, que requiere que las reuniones de accionistas sean en alemán, su micrófono fue apagado y la voz doblada, lo que causó estupor entre algunos miembros del público.
