La familia real de Qatar se va de pesca a las aguas revueltas de Deutsche Bank

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La familia real de Qatar se va de pesca a las aguas revueltas de Deutsche Bank

Sede del Deutsche Bank

Desde el inicio de año, el mayor banco alemán ha estado bajo sospecha, con un severo correctivo en la Bolsa de Frankfurt. Con una nueva crisis bancaria en el horizonte europeo, no todas las miradas se dirigen al sector financiero italiano, sino también al gigante Deutsche Bank, que tras un comienzo de año agitado sigue sin levantar cabeza en los mercados ante las sospechas -fundadas o infundadas- sobre su solvencia. Por ello, no ha pasado desapercibida la millonaria operación que ha realizado la familia real de Qatar en el capital del banco.

Según anunció el pasado viernes Deutsche Bank, dos vehículos de inversión de los miembros de la familia real de Qatar, que están entre sus mayores accionistas, aumentaron sus participaciones en la entidad aprovechando la caída del precio de la acción.

Paramount Services Holdings y Supreme Universal Holdings han elevado sus respectivas participaciones hasta algo menos de un 5%, aunque no se ha desvelado al precio al que se realizaron estas operaciones. Ambas sociedades contaban a 20 de agosto del año pasado con una participación del 3,05%, de acuerdo con la web de Deutsche Bank. Desde esa fecha, el valor ha caído más de un 50% en Bolsa.

“Estamos encantados de que nuestros accionistas qataríes estén apostando por el éxito de Deutsche Bank, como muestran sus participaciones a largo plazo”, señaló Paul Achleitner, presidente del consejo de supervisión de la compañía, en un comunicado.

El fuerte castigo sufrido por Deutsche Bank en Bolsa en lo que va de año (un 42%) hace que el banco alcance a día de hoy un valor de algo menos de 18.000 millones de euros, muy similar al que puede tener, por ejemplo, la popular red social Snapchat. Aunque esta brusca caída es comparable a la que han sufrido otros grandes bancos europeos, sobre todo a raíz del Brexit, lo cierto es que en torno a Deutsche Bank se mantiene un ‘run-run’ continuo, así como recurrentes comparaciones con el malogrado Lehman Brothers.

No sólo en el mercado bursátil, los credit default swaps (CDS), que miden el coste por asegurar la deuda, también reflejan la preocupación sobre Deutsche Bank. Los CDS a cinco años rondan los 230 puntos básicos, la cifra más alta entre todos los grandes bancos de inversión, y una subida de 95 puntos desde el inicio del año, según datos de Markit.

Las sospechas se acrecientan además según van sumándose más voces que piden a las autoridades europeas un rescate público para el conjunto del sector europeo, similar al que realizó en 2008 EEUU (TARP). El gigante bancario alemán presentará sus resultados del segundo trimestre el próximo 27 de julio, fecha en la que muchas de las incógnitas se verán esclarecidas.

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