La caída del sistema de EVO Banco, motivo para “reclamar daños económicos y morales”, según Navas & Cusí

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La caída del sistema de EVO Banco, motivo para “reclamar daños económicos y morales”, según Navas & Cusí

Sucursal de EVO Banco

El bufete de abogados considera que los cinco días de problemas informáticos de EVO Banco podrían haber provocado que algún inversor haya tenido pérdidas o que dejase de generar beneficios. Los problemas informáticos que ha sufrido EVO Banco han dejado paralizado los cajeros automáticos y a la banca online de la entidad. Un conflicto en el que, como denuncia el despacho de abogados Navas & Cusí, los clientes “pueden reclamar los daños económicos y morales producidos” ya que esta incidencia ha podido provocar que “algún inversor se haya quedado con posiciones congeladas sin poder operar, generando pérdidas o dejando de generar beneficios”.

La entidad bancaria anunció el pasado jueves que la implantación de un nuevo sistema informático provocaría que los cajeros automáticos dejasen de funcionar dos días, algo que finalmente no se ha cumplido y se ha alargado hasta este martes 12 de abril. Pero, como recuerda el bufete, los cajeros no fueron los únicos que se vieron afectados: “La banca online ni la aplicación para móviles funcionaba. La alternativa de la banca telefónica estaba también caída y en las sucursales había colas de dos horas de espera”.

Un colapso que para Navas & Cusí sólo tiene una solución: “El trastorno es evidente y el banco tiene la obligación de resarcir”. Ni tan siquiera las explicaciones que ha dado EVO Banco a los clientes no han satisfecho al despacho de abogados que las ha calificado de “inaceptables”. Desde la entidad se han justificado alegando la caída del sistema por “el elevado nivel de accesos” y, como salida, le han reclamado a los usuarios que “salvo que necesites realizar alguna operación urgente, retrases lo máximo posible tu acceso para que así podamos restablecer el servicio cuanto antes”.

Como primera compensación, EVO Banco ha invitado a gominolas a aquellos clientes que se acercaban preocupados a las oficinas de la entidad. Un detalle que no subsana, según Navas & Cusí: “Unas chucherías no compensan el daño causado; el banco debe resarcir si no quiere ahondar en el daño reputacional producido”

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