Caster Semenya, la carrera olímpica de una intersexual

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Caster Semenya, la carrera olímpica de una intersexual

Caster Semenya

La atleta intersexual sudafricana corre envuelta en una controversia de difícil solución. El 19 de agosto de 2009, la sudafricana Caster Semenya cruzaba la línea de meta en primer lugar. Había ganado la prueba de 800 metros lisos femeninos del Campeonato del Mundo de Berlín con más de dos segundos de ventaja, algo sólo visto en los sospechosos años ochenta. “Ella es un hombre”, dijo la italiana Elisa Cusma, que había participado junto a Semenya en esa final. No fue la única que cuestionó el género al que la sudafricana pertenecía. Algunos titulares de periódicos amanecieron interrogantes: “¿Es él o ella?”, “¿es hombre o mujer?”, “La ambigua sexualidad de Semenya”. La enorme superioridad que la atleta había mostrado en la prueba – sin rastros de dopaje – desencadenó reacciones tan inoportunas como las de quienes pidieron que Semenya mostrase su sexo “para aclarar dudas”.
 
Descartado el dopaje todo se centró en su cuerpo y su apariencia. De voz grave y cuerpo muy musculoso, se demostró que Caster Semenya es una mujer que genera de forma natural niveles de testosterona similares a los que se encuentran en los hombres, lo que se conoce como hiperandrogenismo. De esta forma pasó a ser considerada como una atleta intersexual, un término que afecta a aquellas personas con variaciones en las características de una persona que no encaja en la descripción genética que típicamente diferencia los cuerpos de un hombre y una mujer.
 
Las críticas de las atletas arreciaron, asegurando que este caso podría modificar para siempre el atletismo femenino. La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) reaccionó imponiéndole a Semenya un tratamiento que redujese su producción de testosterona. La IAAF consideraba que el caso de Semenya era un ejemplo de “clara ventaja injusta” sobre el resto de atletas.  
 
La medida surtió efecto, pues Semenya no volvió a correr en los tiempos de 2009. Es más, apenas volvió a ganar, consiguiendo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. Durante ese tiempo, no hubo críticas. Ya nadie decía que “era un hombre”.
 
Sin embargo, ahora en 2016, esas acusaciones vuelven. La decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) de aceptar un recurso contra la regulación ‘anti-Semenya’ de la IAAF ha suspendido el tratamiento. Y Caster Semenya vuelve a ganar con solvencia. El recurso que presentó la atleta india, Dutee Chand, que fue apartada del equipo indio por negarse a tomar un medicamento que limitase la producción de testosterona de su cuerpo, acerca ahora a la sudafricana a su primer oro olímpico.
 
Si lo gana, habrá controversia. Si se acerca al ‘récord del mundo más sospechoso de la historia’, tal y como se conoce al récord que Jarmila Kratochvilova estableció en 1983, la IAAF afirmará que su decisión de regular la producción natural de testosterona fue la correcta “en aras de la igualdad de oportunidades”. Pero, y ¿qué es lo justo para Semenya?

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