El periodismo español, al margen del empobrecimiento del idioma

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El periodismo español, al margen del empobrecimiento del idioma

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Un estudio demuestra que la prensa mantiene el nivel de riqueza léxica frente a la disminución de vocabulario entre los hispano-parlantes. La prensa española ha mantenido a lo largo de los últimos cien años un mismo nivel de riqueza léxica, por lo que no se puede hablar de empobrecimiento del vocabulario en el último siglo en España, en cuanto al periodismo escrito se refiere. Es decir, que la prensa se desmarca de la reducción de vocabulario entre los hispano-parlantes de la que alertó hace unos días el Instituto Cervantes.

Esta es una de las principales conclusiones a las que llega el proyecto Aracne, un primer estudio llevado a cabo por la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) junto con la empresa Molino de Ideas, que, con el apoyo de BBVA, ha analizado el uso del lenguaje en una muestra de la prensa española desde 1914 hasta el 2014.

El trabajo ha permitido también observar la desaparición radical de determinados usos lingüísticos como el de los tratamientos (don, doña, señor, señora…); el declive progresivo del uso de superlativos; el auge, descenso y, en algunos casos, desaparición de términos sociales, económicos, ideológicos y políticos, entre otras cuestiones.

También muestra el estudio las diferentes asociaciones que puede tener una determinada palabra con otros términos en el transcurso del último siglo. Por ejemplo, guerra aparece asociada a África y a aliado en los años veinte; a ganar, patria y cojo en los cuarenta; a frío, atómico y nuclear en los sesenta, y a sida y terror en el siglo XXI.

¿Qué es el proyecto Aracne? El trabajo, explica el director general de Fundéu BBVA, Joaquín Muller, trata de comprobar con datos la idea generalizada de que el idioma vive un proceso de empobrecimiento del que son testigos, y hasta responsables, los medios de comunicación por el uso deficiente que hacen de la lengua. Una de las expresiones de ese deterioro sería un supuesta tendencia de los medios a usar un léxico cada vez menos variado.

“Nuestro objetivo es desarrollar un trabajo de investigación, en primer lugar, con el periodismo escrito en España durante los últimos cien años, que permita constatar cuánto de cierto hay en la idea de que cada vez el lenguaje de los medios es menos rico. Nosotros hemos hecho ahora un avance, modesto pero riguroso, que indicaría lo contrario”, señala Muller, quien añade que, a partir de ahora, lo que se hará es buscar el apoyo financiero y del mundo universitario para ampliarlo y darle un mayor valor científico.

“Además, ya hemos sentado las bases de una nueva manera de estudiar la historia reciente a través del análisis de las palabras, que es realmente excepcional. Ver cómo el término comunismo tiene una presencia abrumadora en la década de los cincuenta y va desapareciendo en las siguientes dejando paso a la palabra socialismo es mucho más que un dato curioso”, afirma el director de Fundéu BBVA.

Pero la principal conclusión del trabajo realizado es clara: el español que emplean hoy los medios analizados no es más pobre (ni más rico) desde el punto de vista léxico que el que empleaban hace cuarenta, sesenta o cien años.

Para llevar a cabo el estudio se han analizado 5167 artículos de cuatro diarios centenarios, los primeros de ellos de 1914 y los últimos de 2014. Con ellos se ha constituido un corpus de casi dos millones de palabras, reunidas en una base de datos en la que cada una de ellas está identificada por sus características gramaticales y morfológicas, el medio, día, página, artículo y frase en que aparece, su posición precisa, las voces cercanas que la determinan y acompañan, etc.

Sobre esa gran base de datos se han aplicado varios índices que miden cuatro factores que determinan la riqueza léxica de los ejemplares estudiados: la ratio entre el número de palabras distintas que aparecen en un texto y el número total de palabras; esa misma ratio, pero teniendo en cuenta solo las palabras con carga semántica (sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios acabados en -mente), la densidad léxica (el porcentaje de palabras de este grupo que hay sobre el total) y la complejidad, calculada gracias a un programa que analiza cada texto y mide su dificultad en una escala de 0 (un texto muy complejo) a 10 (máxima sencillez).

La página web de Aracne ofrece además una selección de recortes con curiosidades históricas, lingüísticas y anecdóticas que han ido surgiendo durante la investigación y que trazan un retrato entretenido y apasionante de la prensa del último siglo. Muchas de ellas se han ido difundiendo en las redes sociales a través de la cuenta de Twitter @proyectoaracne.

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