La trama Púnica ha llamado a la puerta de Eduardo Zaplana. La UCO de la Guardia Civil atribuye al exministro de Trabajo un delito de tráfico de influencias por mediar en una operación entre el conseguidor de la confabulación corrupta, Alejandro de Pedro, y la exalcaldesa de Madrid Ana Botella. El objetivo de la operación, como en otros casos: realizar servicios para mejorar la imagen de la exedil.
Según ha podido conocer Europa Press, el nuevo informe incorporado a la causa concluye que Zaplana, a instancias del también investigado Antonio Alonso Conesa, medió para que el empresario De Pedro presentara su propuesta de servicios de reputación en un encuentro que tuvo lugar en el verano de 2013 en una casa que Ana Botella y José María Aznar poseen en Málaga.
En un principio, las partes acordaron la cantidad de 60.000 euros para un supuesto Plan de Medio. Sin embargo, las dificultades para materializar la propuesta echaron atrás el proyecto. Pese a ello, De Pedro no se dio por rendido y planteó como alternativa el abonar los trabajos reputacionales para Botella por medio de facturas de servicios de consultoría al Ayuntamiento de Madrid o a través de campañas de publicidad en diarios digitales de Madiva.
De esta manera, la Guardia Civil ha sacado la lista de imputaciones: a De Pedro un presunto delito de malversación; a Conesa la comisión de un posible delito de tráfico de influencias al haber mediado, en calidad de socio del empresario; y a Zaplana por ser quien maniobró para conseguir la participación de Ana Botella.
