“El propio Rajoy tenía interés”, ha desvelado el comisario jubilado sobre esta operación, ya que afectaba al PP y al Estado. “En base a eso Rajoy contactaba conmigo. Le puedo decir que había un teléfono de contacto”, ha señalado Villarejo, desde el que en “ocasiones por mensajes me preguntaba cosas además de por el circuito oficial”.
El procedimiento, ha explicado a preguntas de la diputada de Vox, Macarena Olona, es que “había una serie de personas que periódicamente me transmitían las inquietudes del presidente”. Entre estos, ha citado a Mauricio Casals, presidente de La Razón, y María Dolores de Cospedal, exsecretaria general del PP y exministra de Defensa. Pese a esto, en algunas ocasiones tenía que trasladar la misma información a través de mensajes telefónicos. Algo por lo que, ha admitido, llegó a enfadarse. Respecto a estos mensajes, eran monosílabos para “ratificar la información que le había llegado”.
Asimismo, ha manifestado que el CNI también “participó en la operación” y la vicepresidenta del Gobierno de entonces, Soraya Sáenz de Santamaría, estaba al tanto. De esta manera, ha involucrado, a las que fueran las ‘número dos’ de Rajoy en el PP y en el Gobierno, las mencionadas Cospedal y Santamaría.
Previamente, Villarejo ha dicho que el encargo sobre Luis Bárcenas y su chófer le vino por parte del director general de la Policía de entonces, Ignacio Cosidó, y su director adjunto operativo (DAO), Eugenio Pino. “Me dicen que tengo que abandonar dos operaciones en Arabia Saudí y Líbano”, ha apuntado. Recurrieron a él porque “tenía capacidad para captar fuentes humanas y ganarse su confianza”.
El comisario jubilado ha relatado también un presunto intento de asesinarlo cuando estaba en la cárcel. “Me intentaron eliminar”, ha asegurado tras decir que sufrió un shock anafiláctico.
Villarejo ha dado su versión sobre la Kitchen sin aportar ninguna prueba de lo que estaba revelando.
