«Unicef estima que al menos 17.000 niños en la Franja de Gaza se encuentran no acompañados o separados de sus familias. Cada uno, una historia desgarradora de pérdida y dolor», dijo Crickx en una sesión informativa.
Esto corresponde al uno por ciento de la población total desplazada de 1,7 millones de personas.
La cifra es sólo una estimación, ya que es imposible verificarla debido al conflicto en curso, subrayó el funcionario de Unicef.
Crickx, que regresó de la región esta semana, dijo que más de la mitad de los 12 niños que conoció habían perdido a un familiar en esta guerra.
«Tres habían perdido a uno de sus progenitores, de los cuales dos habían perdido tanto a su madre como a su padre», detalló al señalar que «detrás de cada una de estas estadísticas hay un niño que está asimilando esta horrible nueva realidad».
Unicef teme que la situación de los niños que han perdido a sus padres sea mucho peor en el norte y el centro de la Franja de Gaza.
La salud mental de los niños también se ve gravemente afectada, y Unicef calcula que casi todos -o más de un millón- necesitan ahora apoyo psicosocial.
Antes de la guerra, unos 500.000 niños necesitaban este tipo de asistencia.
El pasado 7 de octubre, Hamás atacó Israel en una operación relámpago que causó unos 1.200 muertos y cerca de 5.500 heridos y la captura de unos 250 rehenes.
En represalia, Israel declaró la guerra a Hamás e inició ataques masivos contra viviendas, escuelas, hospitales y otras instalaciones civiles en Gaza, al tiempo que imponía un bloqueo total al enclave palestino, cortando el suministro de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible.
Rusia y otros países instan a Israel y Hamás a pactar un alto el fuego y abogan por una solución de dos Estados, aprobada por la ONU en 1947, como la única vía posible para lograr una paz duradera en la región.
