Pues resulta que justo en el momento en que el carismático y sagaz comisario descubría al autor de varios asesinatos, el otro no tuvo peor respuesta que sacar una pistola para amenazarlo de muerte. Cunde la tensión en la escena y en los que nos deleitábamos con la serie. Dos asistentes de Montalbano se lanzan sobre el agresor y este hace un disparo que no llegó al comisario, sino con precisión milimétrica al mismísimo corazón del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) para dejarnos a todos sin electricidad y en la duda de lo que aconteció.
Apagón desde las 23:00 horas hasta alrededor de las 04:00 en esa zona de la capital. Y que conste que en provincias es peor, donde tal vez nadie haya podido apreciar cómo Montalbano tiraba unas brazadas en la playa frente a su casa.
-Manda cojones -debió haber pensado ese cubano que se lo piensa dos veces para decir lo que se considera una “mala palabra” si se quiere expresar el momento sin aires académicos o doctorales, en cubano duro y puro, callejero y coloquial.
Y de ese par de “piezas” que cuelgan, está la situación en Cuba.
Tanto, que ya están recomendando psicólogos y psiquiatras sus respectivas indicaciones para evitar mayores males neuro-mentales que requieran un electroshock si acaso hay electricidad.
En fin, volvamos a estos apuntes audiovisuales con Salvo Montalbano. En cierta ocasión interrogaba a una prostituta sospechosa de un crimen. Le preguntaba si había tenido relaciones sexuales con la víctima. La otra o no entendió o no quiso responder. El comisario, siempre ocurrente, le dijo que le preguntaría según un dicho siciliano, que si “había mojado el pan en la salsa”.
Ni eso ahora mismo en Cuba. Mojar el pan en la salsa con estos calores y apagones en tarea de superhombres y mujeres necesitadas de un termostato de alta calidad…










