El Ejecutivo de Pedro Sánchez respondió con “máxima tranquilidad” y recordó que España “cumple con sus objetivos de capacidad tanto como Estados Unidos”.
Trump eleva la presión sobre los aliados europeos
Durante una rueda de prensa con el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, Trump afirmó que la mayoría de los miembros de la OTAN respaldó su propuesta del 5% y señaló directamente a España como el único país que se desmarcó del acuerdo.
“Solicité que pagaran el 5%, no el 2%, y la mayoría pensó que no iba a suceder. Tuvimos un país rezagado: España. Francamente, quizá deberían expulsarlos de la OTAN”
Las palabras del mandatario suponen un nuevo giro en su estrategia de presión sobre los socios europeos, en un momento en el que Washington busca que el Viejo Continente asuma un mayor peso en la financiación de la defensa común.
Trump consideró que España “no tiene excusa” para no elevar su inversión militar, pese al contexto económico y presupuestario del país.
El Gobierno español responde con calma y firmeza
Desde Moncloa, fuentes gubernamentales aseguraron que España es “un miembro de pleno derecho y comprometido con la OTAN”, subrayando que su contribución se ajusta a las capacidades acordadas.
El Ejecutivo recordó que el gasto en defensa español ha crecido más de un 60% en la última década, alcanzando actualmente el 2,1% del PIB, en línea con el promedio europeo.
España mantiene su compromiso con la Alianza Atlántica y con los objetivos estratégicos comunes, más allá de presiones coyunturales
Un pulso que tensiona la relación transatlántica
La propuesta de Trump llega tras varias semanas de tensiones entre Washington y Bruselas por el reparto de responsabilidades dentro de la Alianza. Aunque el aumento al 5% parece difícil de asumir para la mayoría de los socios, la presión estadounidense podría condicionar las futuras cumbres de la OTAN.
Analistas apuntan que este tipo de declaraciones buscan reforzar la posición interna de Trump antes de las elecciones, más que provocar una crisis real en el seno de la organización. Sin embargo, el tono del mensaje ha generado inquietud en las cancillerías europeas.







