Señor Ministro del gabinete del premier británico, Boris Johnson, encargado de la salida de la Unión Europea, en el desayuno ofrecido en su honor por Europa Press ha desplegado toda la arrogancia que se gastaban los representantes del imperio cuando comparecían en remotos territorios.
Con su acento exagerado pretendía instalarse en una superioridad tan impostada como insufrible. Su propósito, insuflar miedo para que España influya a su favor en Bruselas. Los aplausos finales fueron más bien propios de una audiencia de cipayos.
Hubiera merecido un estruendoso silencio.
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