Admirado Sergio, nada lo tuvo fácil en nuestro país pero, después de tantos recelos como hubo de vencer, ahora regresa de Pekin con la selección española de baloncesto convertida en campeona mundial después de un partido que ni soñado donde consiguió veinte puntos de ventaja sobre los argentinos.
Los nuestros ni siquiera figuraban entre los favoritos pero supo insuflar en los jugadores la mentalidad de bloque, a la que se refieren como familia, y el sacrificio defensivo. Per aspera ad Astra, por la adversidad hacia las estrellas.
Por fin, un ejemplo.
