Señor Presidente de los Estados Unidos, después de una campaña miserable con apoyos sospechosos se esperaba que en la Casa Blanca, el hábito haría al monje y la gracia de estado sobrevenida le llevaría hacia comportamientos acordes con la dignidad del cargo. Pero en el despacho oval sigue siendo un bocazas que confunde la velocidad del twit con el tocino de la responsabilidad, ejerce de matón, agrede sin parar, se instala en el desquite, amenaza en todas direcciones para acabar vendiendo armas a Arabia Saudí, a Catar, a Corea del Sur o a Taiwan. Veremos si en Hamburgo alguien le paran los pies.
Acceda a la versión completa del contenido
Telegrama para Donald Trump
Tras la crisis financiera de 2008 y el parón de la pandemia, la respuesta fue…
Las principales organizaciones ecologistas y de derechos humanos han reaccionado con dureza al resultado de…
Las autoridades palestinas han señalado que las cifras podrían aumentar en las próximas horas debido…
En un país que lleva el jamón como estandarte, no es difícil imaginar que un…
La activación de estos protocolos diplomáticos buscarían garantizar la protección del personal español desplegado en…
La aprobación del nuevo acuerdo global en la COP30 de Belém ha reforzado el impulso…