El canciller alemán, Olaf Scholz, estrecha la mano de Emmanuel Macron, presidente de Francia, tras la conferencia de prensa de ambos en el Palacio del Elíseo. Foto: Michael Kappeler/dpa
«Somos fuertes, nos mantenemos unidos», dijo Scholz durante una breve visita a París, que se produce dos días después de la toma de posesión de Trump.
«Europa no se doblegará ni se esconderá, sino que será un socio constructivo y seguro de sí mismo», señaló, y añadió que esta es la base sobre la que quieren colaborar con Trump.
El canciller coincidió con Macron en que «Europa debe ser fuerte y resistente en un mundo que está -por decirlo suavemente- en movimiento». El presidente Trump será «un desafío» sobre el que construir los cimientos estables de la asociación transatlántica, afirmó.
Por su parte, el presidente francés afirmó que, ahora más que nunca, «nos corresponde a los europeos, y por tanto a nuestros dos países, desempeñar plenamente nuestro papel para garantizar una Europa unida, fuerte y soberana».
Se trata de una Europa, dijo, que se sienta unida a la alianza transatlántica, pero que también sea capaz de defender sus propios intereses. Para lograrlo, el gasto en defensa también debe aumentar, advirtió.
Sobre todo, Europa debe crear sus propias bases industriales para la defensa: «Hoy más que nunca, la prioridad de los europeos debe ser nuestra Europa y, sobre todo, nuestra competitividad, nuestra prosperidad y nuestra seguridad».
El motivo de la visita fue el 62º aniversario del Tratado del Elíseo sobre la amistad franco-alemana. Sin embargo, la atención se centró en la toma de posesión de Trump, que lanzó sus primeros desafíos ya en su discurso inaugural.
Entre otras cosas, Trump señaló que planea aprobar aranceles a la importación de productos para reforzar la economía nacional. Sin embargo, dejó abierto si también apuntaría a Europa y cuándo lo haría.
El mandatario canceló además el Acuerdo de París de protección del clima y la pertenencia a la Organización Mundial de la Salud.
Macron se pronunció a favor de seguir reforzando la cooperación con Alemania e impulsar conjuntamente el desarrollo de Europa. «Alemania y Francia quieren, en efecto, acelerar esta agenda que nos hemos fijado para Europa», dijo.
Alemania y Francia avanzan de la mano -agregó- y están convencidas del valor de trabajar juntas. «Frente a los retos y las preocupaciones que a veces surgen, la pareja que formamos es sólida».
Los últimos 62 años han demostrado que «juntos tenemos la capacidad y también podemos convencer a nuestros socios impulsando nuevos proyectos para Europa», subrayó, y añadió que en los tiempos que corren, se necesita más ambición, audacia y más independencia.
Scholz se mostró una vez más en contra de las multas a las empresas automovilísticas europeas que han invertido mucho en movilidad eléctrica pero aún no venden suficientes vehículos de este tipo. También se pronunció a favor de una cumbre europea para proteger la industria siderúrgica e impulsar la reducción de la burocracia en el continente.
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