Reyero, sobre el escándalo de las residencias en Madrid: «Jugaron a ser dioses»

Residencias de mayores

Reyero, sobre el escándalo de las residencias en Madrid: «Jugaron a ser dioses»

Durante estas primeras semanas de la crisis sanitaria y que contenían unos criterios de exclusión "sangrantes y de auténticas barbaridades".

Alberto Reyero, consejero de de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad

Alberto Reyero, exconsejero de de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad

El consejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid durante la primera ola de la pandemia del coronavirus, Alberto Reyero, ha asegurado este martes que los protocolos de no derivación hospitalaria a algunos usuarios de residencias de mayores sí se aplicaron durante estas primeras semanas de la crisis sanitaria y que contenían unos criterios de exclusión «sangrantes y de auténticas barbaridades».

Durante las Jornadas ‘¿Qué paso en las residencias? La verdad sobre la gestión de las residencias’ organizadas por el Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid, Reyero ha señalado que los conocidos protocolos, que fueron tachados de borradores por miembros del PP, y los datos «evidencian que se aplicaron y que tuvieron consecuencias» en la gran mortandaz registrada durante la primera ola da pandemia en los geriátricos.

«Se ha instaurado en la opinión pública la confusión pero tengo muy claro lo que es un borrador no es un documento firmado por un alto cargo. Un protocolo aparece con una marca de agua. Si se envía por correo electrónico se pone en grande ‘Borrador’ para que nadie se lleve a engaño, y un protocolo no se dice para que se distribuya a los hospitales», ha afirmado.

El extitular de Políticas Sociales, que dimitió el 2 de octubre, ha indicado que el conoció el protocolo de no derivación el día 21 de marzo, la versión correspondiente a la del día 20, «la peor versión de las cuatro que se dieron». Entonces, responsables de la Agencia Madrileña de Atención Social les transmitieron su preocupación, por lo que envió un email al día a la Consejería de Sanidad mencionando «los problemas legales que podían tener» aplicar dichos criterios de exclusión, contrarios a la Constitución y la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad.

«En esos criterios de exclusión se decían auténticas barbaridades, ya que por ejemplo se impedía el ingreso hospitalario de las personas que tenían silla de ruedas. Especialmente sangrante eran los criterios en dependencia, se ponían auténticas barbaridades. En una situación dramática se podía decidir que podía derivar antes a mí a que a una personas de 20 años con síndrome de Down, un auténtica barbaridad. Tuve conversaciones con casos concretos que logré que se les atendiera en el hospital», ha manifestado.

Reyero defiende los criterios éticos y asegura que «no hay vidas más valiosas que otras, todas tienen el mismo valor con independencia de la edad». Y entiende que cuando ocurre una crisis sanitaria como la del Covid-19, hay que tomar decisiones individuales, atendiendo a la situación de cada paciente.

«Pero no es correcto que desde una instancia política decida cuáles son los criterios de exclusión. Eso es casi jugar a ser dioses, tomar decisiones sobre las personas que no nos corresponden», ha subrayado.

El interviniente ha aseverado que dichos protocolos funcionaban porque desde el 18 de marzo, cuando se envió el primero de ellos, «cambió todo lo habitual». Y aunque comprende que en algunos casos trasladar a residentes graves a un hospital es contraproducente en algunos casos, no ve normal que en esa época fallecieran dentro de los geriátricos el 80 por ciento de todos los usuarios muertos por coronavirus.

«Es algo innegable que tuvieron consecuencias los protocolos. La ampliación de plazas ignoró a los residentes, no se le consideró», ha apostillado.

El exconsejero de Cs ha aludido a un informe del Comité de Bioética, que se queja de que las personas más vulnerables, como los usuarios de residencias, fueron las más perjudicadas en la primera ola de la pandemia. También ha citado otro informe de Amnistía Internacional, del pasado diciembre, que criticaba la discriminación de residentes en derivación a hospitales y sobre la supuesta medicalización de residencias.

Y otro tercer informe más, de agosto de 2020, de Médicos Sin Fronteras con algunos testimonios que ha leído. «Las ambulancias no iban a recoger a nadie a las residencias, donde se daba el consejo a los familiares de que la única manera de atender en un hospital a su padre o madre era recogerles y llevarles ellos en coche a Urgencias», ha detallado.

LA MEDICALIZACIÓN PROMETIDA «ES OBVIO QUE NO SE PRODUJO»

Por otro lado, Alberto Reyero ha afirmado que la medicalización de los geriátricos prometida por la presidenta Isabel Díaz Ayuso al principio de la pandemia «es obvio que no se produjo». «En la comisión de investigación Antonio Burgueño y Carlos Mur ya dijeron que no había comenzado hasta mediados de abril, hasta la finalizada operación Bicho», ha apuntado.

«A veces se piensa que puede haber residencias que con un médico eso es medicalizar. La realidad de las residencias en Madrid con la heterogeneidad es terrible. Hay centros que son bastante parecidos a un hospital y otras que no tienen médicos y enfermería en algún caso de determinadas horas. Lo que se nos estaba anunciando es introducir algo adicional», ha continuado.

En ese sentido, el extitular de Políticas Sociales ha elogiado el «trabajo importantísimo» realizado por los ayuntamientos de Alcorcón y Leganés para reclamar ante la Justicia la medicalización de las residencias.

En otro orden de cosas, Reyero ha pedido que se resuelva este problema en toda España. Considera que el personal sanitario en las residencias tienen que estar mejor pagados o igualados a los de los hospitales porque ha asegurado la apertura del hospital de campaña de Ifema suponga la «descapitalización» de personas en residencias.

«Ifema supuso un vacío de profesionales porque las condiciones eran mejores en un momento en el que no había trabajadores porque estaban de cuarentena o de baja por necesidad, en algunos caso en centro donde el 40 pro ciento del personal estaba de baja y era muy difícil contratar, pues la gente tenía miedo de contagiarse», ha explicado.

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