Por la mañana, 1.200 pesos; por la tarde, 1.500

Cuba

Por la mañana, 1.200 pesos; por la tarde, 1.500

Si años atrás, allá por los ochenta, con cien pesos se conseguían cuatro noches en un hotel de lujo como el Habana Libre, hoy son casi como una humilde propina a un cuidador de coches en la vía pública

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Precios en Cuba

Acaba de ocurrir con un amigo que, haciendo un alarde filosófico, sostiene que nada de ello le toma por sorpresa, que todo esto es humano, para nada ajeno. Si filmáramos con cámara oculta el rostro de quien debe anunciar el nuevo precio, se haría una importante contribución al teatro donde el famoso ruso Konstantín  Stanislavski estaría gateando sobre las tablas.

Lo anterior puede ocurrir hasta con cualquier artículo que se presente en el mercado no oficial en Cuba. Es el caso, como botón de muestra, un litro de aceite automotriz.

Aunque hay tenues sorpresas, como esa del kiosco de 5ta Avenida y calle 6 donde una piña descendió de 200 pesos cubanos a 150 para retornar luego a los 200, no son casos muy frecuentes. La tendencia es descomunalmente alcista, casi imposible de regular a pesar del esfuerzo y de las tantas acciones que ha tomado el gobierno desde la cúspide hasta el nivel municipal.

Indetenible y muy peligrosa la espiral que ha obligado a una reconsideración de la puesta en marcha de los aumentos de precios anunciados hasta con fecha de inicio que tal parece, dígase con todo propósito, era como apagar el fuego con un balde de la problemática gasolina para recalentar los ánimos.

Entretanto, aquellos devotos de la Sara Montiel, con su Fumando Espero, se la verán también con los tropiezos del vicio y las circunstancias. El cartón de cigarrillos negros H.Upmann ha subido también de 1.000 a 1.500, veintiocho pesos menos que una pensión. Y hay quienes lo ofrecen en 1.800. Mejor campaña para dejar de fumar hay que buscarla.

Euros y dólares en el mercado negro con tasas récords que coquetean en llegar a los 300 pesos cubanos. El primero, a 297; el segundo, 295.

Si años atrás, allá por los ochenta con cien pesos se conseguían cuatro noches en un hotel de lujo como el Habana Libre, hoy son casi como una humilde propina a un cuidador de coches en la vía pública. Cambian los tiempos. Para qué mirar atrás cuando el león lo tenemos de frente y el mono, desde lo alto, salta de puro nerviosismo e intranquilidad.

Reírse para evitar suban a la masa encefálica par de isquemias más. Recordar a Mario Moreno (Cantinflas) cuando aseguró:

“Tengo una duda: ¿está todo muy caro o es que yo soy pobre?

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