La expresidenta madrileña no se dejó ver por el balcón de los populares en Génova ni envió mensajes de celebración al presidente de su partido. Hasta José María Aznar ha aparecido más temprano en esta resaca electoral para felicitar al PP por los resultados y admitir, aunque sea suavemente, que Mariano Rajoy ha roto con las bajas expectativas que muchos mantenían sobre él. Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid y actual portavoz del PP en el Ayuntamiento de la capital, no acudió a la celebración de la victoria popular en el balcón de Génova. Allí estuvo muy presente su sucesora, la actual líder del PP madrileño y presidenta regional, Cristina Cifuentes.
A pesar de encontrarse en Madrid, la ‘lideresa’ no se trasladó hasta la sede popular a felicitar a Rajoy y al equipo de campaña por los flamantes 14 nuevos escaños que se suman a la bancada conservadora. Esta misma mañana, mientras Aguirre mantenía silencio en todos los perfiles en redes sociales, Aznar ha hecho piña con los populares apra afirmar que han demostrado “una gran solidez y ser un partido extraordinariamente importante para la estabilidad de España” tras esta cita en las urnas.
Solo bien avanzada la mañana Aguirre enfrentaba la victoria del líder de su partido y comenzaba su valoración de los resultados en clave municipal felicitando al presidente en funciones: “Nadie duda de que ayer los españoles le han dado un triunfo indiscutible al PP, lo primero que quiero es felicitar a Mariano Rajoy”, ha afirmado la popular, asegurando haber enviado un mensaje al líder con la felicitación. “Ha sido un triunfo importantísimo, en un momento crucial para España”, ha proseguido, felicitando también a Cifuentes para acto seguido pedir “hablar de Madrid”.
“Yendo a la ciudad de Madrid, hemos tenido un triunfo extraordinario, el 40% de los votos”, ha defendido Aguirre, que ha hecho cuentas para recordar que si esos votos hubiesen sido en la urna de unas municipales el PP habría pasado de 21 a 24 concejales y Ahora Madrid, en función de los votos de Unidos Podemos, habría perdido hasta ocho asientos en el pleno municipal.
Aguirre ha hecho mella en el “sectarismo”, la “parálisis” y el “retroceso” de la capital, en el “camuflaje” de Podemos en la figura de Alberto Garzón, “comunista de estricta observancia” con cuyo rostro estaba “empapelado todo Madrid” para celebrar, finalmente, el frenazo en los apoyos de la coalición de izquierdas. Después de todo y a pesar de no acompañarle en el balcón, Aguirre tiene que agradecerle a su presidente y enemigo interno la desaparición de buena parte de sus ‘monstruos’ más temidos.
