Rajoy disfruta de un goteo de antiguos rivales que se apartan a un lado como si la Guardia Civil les diera el alto y ellos no tuvieran papeles. Le traen el desayuno y con él los periódicos de la mañana; antes de entrar en la ducha lee como ha caído otro miembro del PSOE: Rubalcaba, Patxi López. Rajoy disfruta de un goteo de antiguos rivales que se apartan a un lado como si la Guardia Civil les diera el alto y ellos no tuvieran papeles. No es que se acabe el bipartidismo en realidad es el PSOE que se autodestruye ante la mirada de Rajoy que no tiene nada que hacer o que decir. Menuda suerte la suya, poco elogiada está para los resultados que consigue. Nos podemos preguntar si será una mirada laser o un movimiento de nariz como la protagonista de la serie “Embrujada” pero desde que se inventó el botijo no se ha conocido nada más popular y contundente.
En muchos casos se podría decir que se ha trabajado desde la fontanería de Moncloa para apartar cacharros sueltos por el camino pero esos fontaneros se aburren tanto que han cambiado dos veces los grifos monomandos para poner otros que dan mayor presión. Que le contraten a uno como pirata malo para acabar de gondolero es una tristura pero a veces ocurre.
Menos mal que queda suelto Pedro Arriola que ya se ufana sin necesidad de que nadie dé palmas. Arriola está en calificar a los miembros de Podemos de frikis porque deben parecerle melenudos que hablan de tú y no respetan las tradiciones. Tipos que a los que les entraría una alergia cutánea si su pareja se calzara una mantilla el día del Corpus, por ejemplo. Arriola pertenece a ese amplio club que se llama “Haciendo Amigos”.
Pero que nadie nos distraiga del objetivo fundamental y no es otro que contemplar a Rajoy cómo cada mañana sonríe mientras humea el café.
