El león de la Metro, cerca de su último rugido

Opinión

El león de la Metro, cerca de su último rugido

En la última semana la prensa estadounidense se ha ocupado con especial profusión de informar sobre las dificultades de MGM, la famosísima productora cinematográfica estadounidense Metro-Goldwyn-Mayer, cuyo respetable león ha rugido incansable desde hace más de un siglo en todas las pantallas a su alcance. La única certeza es que su endeudamiento es altísimo, unos 3.700 millones de dólares y que esta voluminosa cifra esta repartida entre poco más de 80 acreedores con dificultades para organizarse y una incapacidad total para crear problemas en solitario. Al menos por ahora.

Quizá por eso, la mayoría de los comentaristas parecen apostar ahora por la bancarrota de MGM. Una opción que desean muy especialmente algunos tenedores de deuda con aspiraciones de liquidar el estudio. Y han contratado a JP Morgan para que defienda sus intereses ante los grandes accionistas de la empresa, los fondos de capital privado como Providence y Texas Pacific que no están por la labor de echar el cierre. Pero quizá todo dependa de la suerte del próximo James Bond.

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