Todo va cediendo ante la guadaña de los recortes que nos imponen Angela Merkel, el FMI, Mariano Rajoy, José Ignacio Wert, Ana Mato… Todo, desde la educación que mutilará a las futuras generaciones hasta nuestras perspectivas de vida. Porque también los recortes están cebándose en los años que vamos a pasar en este mundo. Los últimos datos oficiales lo demuestran: por primera vez en mucho tiempo, casi podría decirse que desde que tenemos memoria, vivimos o vamos a vivir menos.
Nuestras perspectivas de longevidad aún son altas en comparación con las que imperan por otras latitudes, 79,01 años los hombres, que resistimos menos las inclemencias de esta sociedad, y 84,72 las mujeres que siempre demuestran mayor capacidad de supervivencia. Todavía son altas, efectivamente, pero están en descenso; el año pasado eran un pelín superiores y el que viene, si esto no cambia, que mucho me temo que no cambiará, aún bajarán más.
Las razones son fáciles de intuir: la calidad de vida ha empeorado de manera sensible en lo que llevamos de quinquenio negro – muchos ni siquiera están mínimamente alimentados – y la protección social, desde la atención sanitaria hasta la ayuda a la dependencia, están hechas unos zorros. La infancia y la tercera edad son las más penalizadas por estas ansias de recortar y recortar sin tener en cuenta que entre las cuchillas de las tijeras lo que hay son seres humanos que en muchos casos ni siquiera tienen la opción de quejarse.
Que toda una sociedad empiece a mostrar síntomas de que sus esperanzas de vida se hallan cuesta abajo es sin duda un motivo para reflexionar y para inquietar, primero a los que sufren esta situación – todos los ciudadanos – y segundo a quienes con sus medidas deshumanizadas lo están propiciando. Hay que morirse, eso es lo que tenemos más cierto desde el principio de nuestros días, pero, hombre, todos tenemos la obligación ineludible de contribuir a que eso ocurre lo más tarde posible. ¿No nos gobierna un partido que se opone frontalmente a la eutanasia? ¿Por qué contribuye a mandarnos al otro mundo antes?
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