Infidelidades muy caras. Esto es lo que debía pensar el empresario británico Robert Charlton, ya que cada vez que era infiel a su esposa, le compraba una pieza de joyería costosa para intentar que le perdonara. No sabemos si la esposa le perdonó, pero lo que está claro es que ‘tacita a tacita’, o mejor dicho, cuernos a cuernos, se hizo con un patrimonio en joyas, ya que tras 26 años de matrimonio, tenía más de 40 relucientes piezas. Nunca volverá a suceder, cariño, y aquí tienes un diamante para pedirte perdón, parece ser que le decía el adultero a su cónyuge, pero el hombre no escarmentaba por lo que sus infidelidades le costaron casi 300.000 libras (unos 335.000 euros), según se supo el mes pasado, cuando su hija subastó la colección de joyas de la pareja, ya difunta.
Pobres y solteros. El portavoz del Gobierno japonés, Takeo Kawamura, tuvo que aclarar hoy unas declaraciones polémicas del primer ministro, Taro Aso, quien aseguró durante la campaña electoral que «los jóvenes con poco dinero no deberían casarse». A una semana de que se celebren las elecciones generales, Aso contestó ayer así a la pregunta de un estudiante sobre los cada vez mayores problemas de los japoneses para contraer matrimonio debido a las dificultades económicas, informó al agencia local Kyodo. «Me parece difícil que alguien sin ningún ingreso pueda ser visto como objeto de respecto (por parte de la pareja)», añadió Aso, que durante su mandato como primer ministro ha tenido problemas similares por sus declaraciones sobre las personas mayores o los médicos.
¿Quién no ha soñado alguna vez con que la cama se haga sola? Pues ya se ha convertido en realidad. Unos chilenos han inventado el sistema, que funciona con electricidad y no sólo deja bien tendidas las sábanas sobre la cama, sino que las limpia de residuos o migajas de alimentos que pudieran haber caído durante un plácido desayuno viendo la televisión.
