Morirse como un rey

Opinión

Morirse como un rey

Morirse es una cabronada, como todos intuimos desde que tenemos uso de razón. La prueba la tenemos en que son muy pocos los que se apuntan voluntarios por perra que les esté resultando la vida. El problema quizás se halle un poco condicionado, no lo sé, al alojamiento que le espera no en el más allá, que eso siempre es un misterio, sino aquí, la tierra, donde más mal que bien nos aguarda un enjambre de gusanos dispuestos a dar buena cuenta de nuestras carnes. Hay quien previendo lo que pueda pasar se hace construir en vida suntuosos panteones y quienes se conforman con unas buenas llamas que transformen su honorable personalidad, su elegancia y sus conocimientos y éxitos e un puñado de cenizas.

Mejor no pensarlo, considera un servidor que es un antiguo de los que temen a la muerte más que a un nublado. Pero otros no, ya digo, se gastan un pastón en montarse su pirámide personal o buscan algún lugar ya memorable que les perpetúe la memoria. Estos días se ha anunciado la subasta de la tumba que fue de Elvis Presley en los Estados Unidos, donde casi siempre suelen pasar estas cosas. Y no se pueden imaginar ustedes, queridos lectores, las personas con posibilidades, claro, que están decididas a pujar para quedarse con ella y convertirla a precio de oro, en su último refugio.

Hay gente para todo suelta por el mundo, ricos incluidos, y ahí están los que ambicionan poder fardar muy pronto en el bar de acabar sucediendo entre frías losas de mármol al ídolo de los ídolos, al rey más moderno de todos los reyes no coronados, el rey del rock. Casi nada, lo que ligará el afortunado o afortunada y lo que serán envidiados los que ya sepan donde van a dar con sus huesos inermes. Supongo que ese destino no aumentará los deseos que tengan de colmar su sueño con demasiada prisa. Aunque, vaya usted a saber cómo contemplará su futuro quien es capaz de desembolsar millones por asegurarse una tumba tan emblemática como evidentemente es la que ocupaban hasta hace poco los restos mortales de Elvis Presley, el ídolo.

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