Glamurosos pero déspotas

Opinión

Glamurosos pero déspotas

Dentro de unos días un tribunal francés va a someter a juicio a Brad Pitt y Angelina Jolie. La pareja es un dechado de glamour, sabido es, pero según las lenguas bien informadas pecan más bien de déspotas en su trato con los subordinados e incluso con los admiradores. Será, no lo sé, que el éxito y la popularidad se les han subido a la cabeza. Suele ocurrir a muchas personas privilegiadas por la estética y mimadas por las cámaras.

Ahora van a tener que vérselas con la Justicia bajo la acusación de despido improcedente. La demanda la ha presentado el abogado de una de las secretarias que tenían en su casa de vacaciones de Miraval, localidad paradisíaca de la Costa Azul, a quien la popular pareja puso de patitas en la cola de las oficinas del paro sin molestarse en darle explicación por tan drástica actitud. La damnificada, cuya identidad permanece de momento en el anonimato, ignora las razones y descarta haber dado motivos.

Ella sostiene que siempre ha cumplido con sus obligaciones de manera ejemplar y tampoco recuerda haber sido advertida de nada que pudiese hacerle sospechar lo que se le venía encima. Es más, los patrones siempre la habían tratado bien hasta que un mal día reciente se encontró con el finiquito y sin el menor agradecimiento por los servicios prestados. El abogado que va a defenderla cree que ha sido una rabieta propia de personas acostumbradas a ordenar y mandar sin que nadie ose llevarles la contraria. También puede haber ocurrido que Brad y Angelina se hayan olvidado que Francia no es un Estado norteamericano donde el despido sin causa justa siempre está al alcance de los empleadores. El juicio promete verse muy concurrido por reporteros corazoniles aunque parece bastante probable que ninguno de los dos artistas acudan a la convocatoria.

En cualquier caso, según el abogado su ligereza puede costarles 80.000 euros que es la indemnización que va a reclamarles por los daños y perjuicios causados a su clienta.

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