La fiesta de la subida de los tipos de interés de referencia empezará en abril en Europa. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, lo ha dejado bien claro, o más o menos en varias intervenciones sucesivas. Lo hará porque es lo que le interesa a Alemania y lo que marca su estatuto fundacional extraído de las normas que regían el destino del todopoderoso Bundesbank. Es el signo de unos tiempos duros, marcados por la falta de conexión entre los votantes y sus representantes políticos en los que casi nada de lo que sucede parece responder al interés común.
La subida, además, ha recibido muchas críticas de expertos que la consideran innecesaria. Pero la inflación empieza a ascender en Alemania y Trichet quiere ponerle fin a la tendencia. Aunque el francés ha demostrado en sus últimos meses al frente de la institución que puede tener cierta cintura en determinados momentos, tampoco ha dejado de ser un halcón. Un monetarista convencido de la misión que tiene que cumplir.
