Trump el trompo y Cuba

Desde el Malecón con...

Trump el trompo y Cuba

Mucha calma, tiempo al tiempo, porque Trump puede darnos una sorpresa un tanto agradable y no contemplada en ese show electoral que lo llevó a la Casa Blanca. Hubo un tiempo no muy lejano, en que una nueva presidencia en EEUU era esperada con una movilización miliar de tal magnitud que hasta miembros de la reserva eran llamados a filas para, fusil en mano, atrincherarse en algún lugar de la costa. Desde hace algunos años, esa actitud ha tomado matices menos dramáticos.
 
Las elecciones en el vecino norteño ahora son objeto de un análisis más tranquilo habida cuenta de que se trata de una nación con la que se ha comenzado un largo proceso de normalización de las relaciones diplomáticas. El ejército, ahora empeñado en levantar la economía, ha dejado a un lado una presunta confrontación militar.
 
Aun así, resulta curioso que el diario Granma, portavoz del partido comunista, diera alta prioridad y destaque en su primera plana al ejercicio estratégico Bastión 2016 del 16 al 18 de noviembre. Toda isla en pie de guerra salvo la zona oriental afectada por el huracán Matthew donde la verdadera guerra estriba en recuperarse de las serias afectaciones provocadas por el meteoro. En esa misma página, como pidiendo a gritos pasar a las interiores, era anunciada la victoria del magnate.
 
Entretanto, y a poco menos de 48 horas de conocerse el triunfo de Donald Trump, el desconcierto de casi toda la población en la isla es sinónimo de inquietud de cara a los meses que están por venir después de que Trump anunciara en plena campaña que daría una  vuelta de revés a lo logrado por Barack Obama.
 
La sorpresa fue y ha sido grande. Muchos de nuestros analistas se equivocaron en sus pronósticos y cuentas y, lo peor, no han querido reconocerlo. Los servicios informativos de la tv cubana iban dibujando un derrotero completamente diferente al que trazaba el canal internacional Telesur. Y la gente tuvo la oportunidad de comprobarlo, de contrastarlo.
 
Los más serios y menos apasionados, verdaderos conocedores del ajedrez gringo, nos dicen al oído que mucha calma, tiempo al tiempo, porque Trump pudiera darnos una sorpresa un tanto agradable y no contemplada en ese show electoral que lo llevó a la Casa Blanca.

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