El telegrama, leído en Cadena Ser, va dirigido al cantante distinguido con el Nobel de Literatura. Admirado poeta y compositor, acepte felicitaciones por el premio Nobel de Literatura que acaba de concederle la Academia de Estocolmo, deje de hacerse el sueco, conteste las llamadas de teléfono para evitar la desolación del rey Carlos Gustavo, comparezca en la ceremonia con la guitarra y ofrezca un recital que vale más que mil discursos. Pero si lo prefiere opte por el brillo de la ausencia, a lo Baltasar Gracián, siga renunciando al lucimiento de quienes invocan que en periodismo no hay abuela, y ahórrenos la degeneración de los premiados.
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Telegrama para Bob Dylan
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