Tras la tempestad, calma para cuantificar

Desde el Malecón con...

Tras la tempestad, calma para cuantificar

La Habana

No quedó casa con techo por donde atacó el huracán Matthew en la provincia de Guantánamo. Las imágenes son fuertes y dignas de compasión para con los que perdieron sus casas. Alimentación, transporte y vivienda son, cual perlas de un maléfico collar, viejos problemas que por diversas causas,  en Cuba no han tenido solución definitiva. Y tal como pinta la economía nacional e internacional, dificultades ellas también, habrá que aguardar pacientemente por el tiempo y los buenos oficios para irlos solucionando.
 
De momento, no quedó casa con techo por donde atacó el huracán Matthew en la provincia de Guantánamo. Las imágenes son fuertes y dignas de compasión para con los que perdieron sus casas. Par de consuelos entre tantas calamidades: salvaron la vida y la confianza en que el gobierno les tirará una mano o ambas, en la reconstrucción de los hogares y las pérdidas materiales ocasionadas.
 
En Cuba, como en otros sitios del planeta, existe la filosofía de sacar experiencias, aprender de los errores. Con el tema de la vivienda ya se ha aprendido demasiado y si bien los vientos fueron un castigo, todavía hay muchas casas que un buen estornudo levanta una teja. Como nunca antes, el gobierno ha anunciado asumir el 50% del coste de las reparaciones parciales o totales en las viviendas.
 
Cinco días después de largarse “el monstruo” a la costa oriental de EEUU aún no tenemos cuantificada la desgracia, que superará, sin duda alguna, los varios millones de euros. Todavía hasta hoy existen zonas incomunicadas o de difícil acceso. El diario Granma, portavoz del partido comunista, ha titulado en una de sus ediciones “A levantarse sobre Matthew”, mientras que en otra recuerda lo que según algunos historiadores, se les decía a los gladiadores antes de partir hacia el ruedo: fuerza y valor, al colocar a toda columna un llamativo “Fuerza, compatriotas”.
 
Canadá, a través del Fondo de Ayuda Humanitaria (CHAF) ha donado tres millones de dólares a repartir entre Haití, Jamaica, República Dominicana y Cuba. Por el momento, se conoce que la Unión Europea ha destinado 225 000 euros hacia la vecina Haití.
 
Apostaba y sigo apostando a que el gobierno de Barack Obama hará un ofrecimiento de ayuda ante la catástrofe en cuanto las autoridades cubanas le pasen factura a Matthew o tal vez antes de las cuentas. La pregunta es si será aceptada o no que, por ejemplo, por la mismísima Bahía de Guantánamo, donde tienen su ilegal enclave militar, llegue parte de la logística para reparar las casas. Será un dilema entre elementos políticos y necesidades urgentes de carácter humanitario donde pudiera primar lo primero.
 
 Esperar los acontecimientos, el pulso,  resultará lo más prudente. Mientras tanto, hacia las zonas afectadas lo necesario para levantar el hogar, restablecer el agua, la electricidad y los caminos, además de las zonas Wifi. Y comida, por supuesto.

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