No parece muy lógico pensar que una fachada puede dar un vuelco a los planes del hombre más rico de China. El magnate chino Wang Jianlin no ha sido el único súper inversor extranjero al que se le ha exigido acatar la ley en Madrid. Los que ahora ponen el grito en el cielo por el temor a que el grupo Wanda abandone su proyecto para el Edificio España pertenecen en gran parte al entorno del PP, que tuvo que sacar el pañuelo blanco mientras Sheldon Adelson se marchaba de Madrid con sus millonarios bolsillos intactos.
“Es gravísimo” perder la inversión y los puestos de trabajo que iba a a realizar el grupo chino, ha reprochado a Manuela Carmena la líder del PP en la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Y va más allá: le pide “que reflexione”. ¿Qué significa eso? ¿Que dé marcha atrás? ¿Que revise la ley a ver si puede incumplirla pero solo lo justo para que Wanda no tire la toalla?
Aguirre y su entorno parecen no recordar los quebraderos de cabeza del PP por su particular fachada: la ‘molesta’ Ley Antitabaco a la que se culpó de acabar con una mega inversión mucho mayor. Adelson quería invertir 35.000 millones de dólares en España, levantando en Eurovegas seis casinos y 12 complejos vacacionales.
Pero tanto Aguirre como la exalcaldesa Ana Botella contaban con gran facilidad para echar abajo los muros legales que hiciese falta: «Cada uno debemos tener la suficiente cabeza para saber si es bueno para cada uno fumar o no fumar», argumentaba Botella para pedir el cambio en la Ley Antitabaco.
Finalmente, los detalles no fueron lo importante entonces, y parece que tampoco hoy: Adelson se marchó cuando no encontró suficiente rentabilidad en la normativa fiscal española. Es ilógico pensar que la orden de sostener en pie una fachada haya dado un vuelco a los planes del hombre más rico de China.
