¡Qué persistentes, tú!

Cataluña

¡Qué persistentes, tú!

Los independentistas catalanes, que ya no saben qué hacer para salirse con la suya, vuelven a reunirse en un gesto desesperado por investir a Artur Mas. Los independentistas catalanes, que ya no saben qué hacer para salirse con la suya, vuelven a reunirse hoy, viernes, en un gesto desesperado por investir a Artur Mas como presidente y de paso, para evitar unas elecciones anticipadísimas, las cuartas en cinco años, cuyo resultado no debe mostrárseles muy prometedor cuando tanto se esfuerzan por evitarlas. La verdad es que tanto a los del JxS como a los de la CUP, incluso más a los de la CUP, constancia y persistencia no les falta.

Los “cuperos”, que no están por el liderazgo encorbatado, ya dijeron por activa y por pasiva que no quieren a Mas por más tiempo, pero sus interlocutores no se dan por vencidos viendo cómo ven su predisposición a seguir negociando. La pregunta sería negociando, ¿qué? Porque, si ya se sabe que para unos Artur Mas es intocable, para los otros también parece bien claro que con Artur Mas su revolución carece de futuro. Lo más sorprendente es que los catalanes, con fama de pragmáticos y resolutivos lleven varios meses dándole vueltas al mismo molino y perdiendo el tiempo que tanto solían valorar.

¿Qué más puede haber detrás de tanta insistencia por parte de unos y de otros?, se pregunta uno muerto de curiosidad. Nunca que se sepa ha habido en la Historia tanto tira y afloja para una elección democrática que debería resolverse con el recuento de votos y escaños, un cálculo del que sabido es que Artur Mas siempre sale perdedor. Los mal pesados no pueden evitar sospechar que además de la cosa secesionista, debe de haber algún elemento más sobre el que seguir hablando.

Porque, tratándose de personas tan serias e ilustres, no cabe imaginar que se pasen las horas diciéndose que no, que no es suficiente, y enseguida se pongan a discutir del Barça o a hablar de mujeres, porque habiendo algunas feministas delante sería incorrecto y hasta violento, mientras los periodistas esperan. Las negociaciones para investir a Artur Mas, con empates exotéricos incluidos, ya merecen la consideración de antológicas y para mí que una vez investigadas a fondo, y puestos al descubierto sus pormenores, bien merecerían un libro de confidencias que nuestros descendientes puedan leer sin dar credibilidad.

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