El chino Don Juan

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El chino Don Juan

Diecisiete mujeres descubren que comparten el mismo novio. Sucedió en China y el pastel se desveló tras sufrir el ‘donjuan’ un accidente de tráfico. Yuan debió nacer predestinado por su nombre de pila para ser un don Juan redomado en su vida adulta. Vivía en Changsha, una aldea de cientos de miles de habitantes de la provincia china de Haman y ejercía socialmente de ingeniero aunque a sus años, por encima de la treintena, aún no había conseguido superar los estudios primarios, y la vida le sonreía con mucho dinero en el bolsillo a pesar de venir de una familia pobre y no haber dado un palo al agua.

Pero la suerte le volteó la espalda con un accidente de tráfico que obligó a internarle en el hospital local por donde inmediatamente empezaron a desfilar mujeres inicialmente llorosas y más tarde convertidas en auténticos basiliscos al descubrir cada una de ellas que no era la novia única y prometida del tal Yuan. Hasta diecisiete mujeres, de todas las profesiones y edades comprendidas entre los veinte y los cuarenta años, desfilaron por la habitación donde les esperaba la desagradable sorpresa de tanta competencia.

Como es fácil imaginarse, los incidentes y tirones de pelos agitaron por unas horas la paz del hospital. Una de las enamoradas, porque todas aseguraban y demostraban estarlo, incluso tenía ya un hijo con él. La cosa se puso tan fea que al final la madre del don Juan incapaz de mover las piernas enyesadas, se impuso y de acuerdo con los médicos, que acabaron convencidos de que aquello era insostenible, autorizaron a llevarlo a su casa sin tener todavía el alta. Pero su salida del hospital no fue tan fácil. Los camilleros se vieron avasallados y tuvieron que pedir ayuda.

Al final tuvo que intervenir la policía y escoltarle hasta la ambulancia en medio de las refriegas, insultos, llantos y agresiones de la mayor parte de las diecisiete novias. Ninguna de ellas quería rendirse a la realidad y dejarles vía libre a las contrincantes. Cada una le consideraba de su propiedad y todas ellas alegaban que en los años de relación, algunas más de diez, era mucho el dinero que le habían prestado para que pudiese seguir manteniendo el nivel de vida que las había cautivado.

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