Aguirre, siempre con prisas si la pregunta es incómoda

Chismes y apuntes

Aguirre, siempre con prisas si la pregunta es incómoda

Esperanza Aguirre, candidata del PP a la alcaldía de Madrid

La candidata del PP a la Alcaldía de Madrid está convirtiendo en costumbre dejar plantados a los periodistas que la entrevistan con la excusa de que tiene otros planes. Esperanza Aguirre ha ideado una nueva forma de escabullirse de los periodistas cuando las preguntas empiezan a ser incómodas o cuando el tono de las entrevistas no le gustan: decir que tiene otros planes, levantarse e irse. Esta es la estrategia que ha seguido la candidata del PP a la Alcaldía de Madrid en alguna de sus últimas intervenciones, con la que ha logrado dejar a más de uno con la boca abierta.

La ‘última’ de Aguirre se ha producido este mismo fin de semana. La ‘lideresa’ ha concedido una extensa entrevista a eldiario.es que, según indican los propios redactores, se desarrollaba sin problemas hasta que salió a la palestra el nombre de Beltrán Gutiérrez, el exgerente del PP madrileño. Al preguntarle a Aguirre por qué fue relevado y sigue trabajando para el partido, la candidata al Ayuntamiento recordó que tenía una comida y que llegaba tarde, e incluso espetó a los periodistas que querían hacerle una “entrevista de tres horas”.

Una cita de la que se acordó de forma repentina y que le sirvió para ‘escaquearse’ de esta incómoda pregunta. No obstante, Aguirre no sólo ha usado la excusa de tener otros planes con los redactores del digital, ya que hizo lo propio este mismo sábado, en su intervención en el programa ‘Qué tiempo tan feliz’ de Telecinco.

Pese a estar pasándolo ‘en grande’ junto a María Teresa Campos, con la que cantó y bailó, Aguirre se levantó de la silla y se ha fue corriendo antes de la publicidad alegando que había quedado “a las ocho y media”.

Aunque sin duda la ‘espantada’ más fue la que le dio a Jordi Évole mientras la entrevistaba para su programa ‘Salvados’ de laSexta. Ante el cariz que estaba tomando la entrevista, Aguirre miró el reloj, se levantó del sofá en el que estaba -en su despacho en la sede del PP de Génova- y dijo: “Ya hemos acabado, querido Jordi”. En ese instante, se quitó el micrófono y abandonó la estancia sin despedirse del presentador.

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