PP y PSOE: los verdaderos partidos ‘antisistema’

Detrás de la cortina

PP y PSOE: los verdaderos partidos ‘antisistema’

Las políticas defendidas en los últimos años por los dos grandes partidos han atacado las bases del consenso social ¿Son realmente lo mismo el PP y el PSOE? Un creciente número de ciudadanos parece creerlo, con razón o sin ella. Y esa certeza pone en cuestión la base fundamental de la alternancia bipartidista. El pilar que ha sujetado el sistema democrático español durante décadas. Sin que exista una diferencia real y perceptible para los votantes en las formaciones que concurren a unas elecciones es imposible mantener la ilusión de que las urnas sirven para promover un cambio.

Sin una opción política que defienda un programa radicalmente distinto al que pone en práctica la fuerza que ocupa el Gobierno no hay ningún motivo real para votar porque no hay alternativas. Y, por lo tanto, la democracia, en si misma, deja de tener sentido. Eso es, más o menos lo que estaba sucediendo en España en los últimos años y lo que podría haber cambiado repentinamente tras la inesperada irrupción de Podemos en el panorama político gracias a su éxito en las elecciones europeas.

Así que, como hemos dicho ya más de una vez en este espacio, cualquier demócrata, debería felicitarse por la milagrosa aparición de este nuevo partido que, paradójicamente, ha venido a salvar al ‘sistema’. Ese que PP y PSOE estaban a punto de hundir por su absoluta coincidencia en algunos temas fundamentales, en esos asuntos de ‘estado’, en los que los partidos rivales adoptan una postura común que suelen justificar aludiendo la necesidad de defender los grandes intereses nacionales.

De un modo u otro, desde el estallido de la crisis en 2007, tanto el PP como el PSOE, han defendido una política concreta. La de los recortes y el desmantelamiento sistemático del estado del bienestar. Y han cambiado, de la mano, el contrato social vigente en este país durante más de cuarenta años, llevando a cabo un ataque consciente contra la Constitución.

Además, lo sabían. Tanto es así que pactaron para cambiarla. Lo hicieron en tiempo récord y con Jose Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno y Mariano Rajoy como líder de la posición. Lo hicieron para convertir en ‘legal’ el ataque a los derechos fundamentales de los ciudadanos que estaban perpetrando y con el que pensaba continuar el tiempo que hiciera falta. ¿Recuerdan? Tras ese acuerdo el bienestar de los españoles ya no es tan prioritario como que el Estado español pague las deudas contraídas con los acreedores internacionales.

Y, al parecer, en ese asunto básico, y que ha sido absolutamente determinante en el proceso de empobrecimiento por el que ha pasado la población española, tanto el PP como el PSOE siguen estando de acuerdo. O, por lo menos, algunas de las principales figuras de ambos partidos. Que, eso sí, entienden la ‘indignación’ del pueblo afectado, pero se mantienen en sus treces porque ‘han hecho lo que han hecho’ porque era lo que ‘tenían que hacer’.

Esta misma semana, el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y la todavía alcaldesa de Madrid, Ana Botella, han hecho unas declaraciones muy ilustrativas sobre el particular. Ambos han defendido el rescate bancario realizado con dinero público y, desde la misma perspectiva: como un mal necesario pero inevitable.

Los dos comprenden también la ‘indignación de la ‘gente’. Pero reafirman una estrategia que, por cierto, fue avalada por el cambio constitucional que promovieron los partidos en los que militan.

Una táctica que, además, ha beneficiado mucho más a unos españoles que a otros por la forma en que se han repartido los recortes y ha abonado la ruptura del principio de igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley, al permitir que algunos presuntos delincuentes, cercanos a ambos partidos, eludan la responsabilidad que debería derivarse de sus actuaciones.

Así que el PP y el PSOE ‘sí’ defienden las mismas ideas en este ámbito. Sin lugar a dudas ¿O se va a comprometer Sánchez a impulsar una mayoría que revierta el cambio promovido por Zapatero y Rajoy?

Quizá debería pensarlo. Porque ese es el asunto que ha precipitado la destrucción acelerada del partido que ahora lidera y que empezó en el mismo momento que sus dirigentes tomaron la decisión de actuar en contra de los principios históricos que la socialdemocracia había defendido siempre. De sumarse a las políticas ‘antisistema’ promovidas por el neoliberalismo y los defensores de la desigualdad.

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