El Gobierno de Mariano Rajoy y el Ministerio de Defensa de María Dolores de Cospedal mantienen activa una tradición que comenzó (1998) durante los gobiernos de José María Aznar. El Ejecutivo recurre sistemáticamente al Fondo de Contingencia para sufragar las misiones militares españolas en el extranjero.
En lo que va de año, el fondo reservado para imprevistos se ha reducido en 650 millones de euros, según revela la Ejecución presupuestaria del Gobierno hasta marzo de 2018. De todo ese dinero, el 85% se ha dedicado a atender los gastos ocasionados por la participación de las Fuerzas Armadas Españolas en “operaciones de mantenimiento de la Paz”.
El Consejo de Ministros del 2 de marzo de 2018 autorizó la aplicación del Fondo de Contingencia para financiar esas misiones con 563 millones de euros. El secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, aseguró hace poco más de un mes que el Gobierno requerirá otros 250 millones de ese fondo para cubrir la estimación total del ejercicio, calculado en 1.100 millones.
El resto – 300 millones – correrá a cargo del Presupuesto de Defensa, que a pesar de estar prorrogado, se ha inflado en 600 millones en solo tres meses.
Las Fuerzas Armadas españolas están presentes en 17 misiones en el exterior con más de 3.000 militares y guardias civiles desplegados en cuatro continentes. Los contingentes más numerosos se encuentran en el Líbano, con 607 cascos azules, y en Irak, con 477 efectivos, según informa el Ministerio de Defensa.
En el marco de la OTAN, vigilan las aguas del Mediterráneo y participan en la defensa de los países bálticos y Turquía. España también está presente en todas las misiones militares que la Unión Europea desarrolla en el continente africano, con despliegues en Malí, República Centroafricana, Somalia, Senegal y Gabón, así como en las operaciones que tratan de impedir el tráfico ilegal de personas frente a las costas de Libia y la piratería en el océano Índico.
La utilización del Fondo de Contingencia para sufragar los costes de estas misiones es una práctica que ha sido criticada por la oposición en innumerables ocasiones. Muchos consideran que recurrir a este fondo para costear gastos militares es una ‘tapadera’ que permite aumentar indirectamente el gasto público en Defensa.
