Adiós a la coordinación: Fed, BCE, BoJ y BoE actuarán por su cuenta contra el coronavirus

Bancos centrales

Adiós a la coordinación: Fed, BCE, BoJ y BoE actuarán por su cuenta contra el coronavirus

La Fed no avisó a los otros grandes bancos centrales de su recorte de tipos, asegura Financial Times.

Christine Lagarde, presidenta del BCE

La Reserva Federal no avisó a los bancos centrales del G7 de que lanzaría su primer recorte de emergencia de los tipos de interés desde la crisis financiera, ni trató de que se unieran a él. Así lo asegura hoy Financial Times, que cita personas conocedoras de las discusiones. Se trata de un cambio notable respecto a las últimas actuaciones en momentos de peligro, en las que las economías más poderosas actuaron de forma coordinada.

Cuando la crisis financiera se afianzó en octubre de 2008, los principales bancos centrales del mundo redujeron simultáneamente los tipos de interés en un intento de detener la tormenta que se estaba gestando. Sólo dos días después, los ministros de finanzas del G7 prometieron “medidas excepcionales” para hacer frente a la crisis. En esta ocasión, sin embargo, se considera que la amenaza del coronavirus no necesita tácticas de choque, sino medidas específicas en función de la propagación de la enfermedad. Esto deja a cada banco central solo para considerar qué medidas tomar.

En Europa, es poco probable un recorte de tipos del Banco Central Europeo (BCE) teniendo en cuenta que los tipos están ya en terreno negativo, aunque algunos expertos han apuntado ya a la posibilidad de que la institución que preside Christine Lagarde anuncie más compras de bonos. Además, según publica FT, el BCE podría reforzar sus préstamos baratos a los bancos, o animar a los bancos a ser indulgentes con las empresas que tienen problemas.

Asimismo, la UE está dispuesta a flexibilizar sus normas fiscales para contrarrestar el impacto económico del coronavirus, pero sólo temporalmente, dijo el miércoles Mário Centeno, presidente del Eurogrupo. La Comisión Europea destinó la semana pasada 232 millones de euros para ayudar a contener la enfermedad e Italia ha anunciado un paquete de estímulo de 3.600 millones de euros, al tiempo que solicita permiso para ampliar su déficit. Sin embargo, los funcionarios del BCE estarían presionando para obtener más apoyo de los gobiernos, en particular de países como Alemania, que se encuentra en una posición fiscal saludable.

En EEUU la Fed difícilmente llegará a los tipos negativos, aunque podría anunciar más recortes de tipos todavía. Mientras, el Congreso y la Casa Blanca acordaron el miércoles una asignación de 8.000 millones de dólares para medidas de salud pública. El presidente Trump ha propuesto un recorte de impuestos de un año, mientras que los miembros de la Cámara de Comercio han sugerido la ampliación de un programa de préstamos empresariales para los desastres, pero ninguna de las dos son una propuesta política formal.

En Japón, la gran preocupación del Banco de Japón es ahora que el recorte de tipos de la Fed lleve a un dólar más débil, perjudicando las exportaciones de Japón. El gobernador Haruhiko Kuroda prometió “proporcionar una amplia liquidez y asegurar la estabilidad en los mercados financieros a través de operaciones de mercado apropiadas y compras de activos”; y tras ese anuncio compró casi 1.000 millones de dólares en fondos negociados en la bolsa de valores, un récord diario.

Pero en privado, el Banco de Japón admite que tiene dudas sobre si los beneficios de las nuevas medidas superarán los costes, señala Financial Times. El apoyo financiero – en forma de subsidios gubernamentales, indulgencia bancaria y un servicio de liquidez del Banco de Japón – es un área de acción más probable. Los balances de las empresas están en general en buena forma, pero la desaparición de los turistas chinos ha llevado a una serie de quiebras en las últimas semanas.

El Gobierno está buscando formas de ayudar a las empresas vulnerables y realizar un estímulo fiscal específico, pero la crisis ha puesto de manifiesto las contradicciones de su política fiscal. La economía ya se estaba tambaleando por el aumento del IVA en octubre, pero revertirlo es políticamente difícil.

Por último, en Reino Unido, Andrew Bailey, gobernador entrante del Banco de Inglaterra, dijo el miércoles que era probable que el banco central y el gobierno pronto necesitaran proporcionar financiación puente a las pequeñas empresas. Los bancos del Reino Unido están mejor capitalizados que durante la crisis financiera de 2008, por lo que podrían mostrar cierta tolerancia hacia las empresas que se enfrentan a dificultades temporales de flujo de caja.

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