Señor Presidente de los Estados Unidos de América, esta guerra comercial emprendida contra la Unión Europea pretexta que sólo busca compensarse de las supuestas subvenciones indebidas a la empresa aeronáutica Airbus y nos deja como aquel sonámbulo que repetía desconcertado “yo ya no sé si soy de los nuestros”.
Con amigos y aliados del porte de Su Señoría vamos camino de no necesitar enemigos. Y díganos, ¿qué culpa tiene el tomate/ que está tranquilo en su mata/ o la aceituna en su olivo/ o el puerco con su bellota/ para que le pongan un arancel? Proteccionista, más que proteccionista. Ea.