ETA anunció el 20 de octubre de este año el cese definitivo de la confrontación armada. Lo hacía días después de la llamada Conferencia Internacional de Paz celebrada en San Sebastián, un mes antes de las elecciones generales del 20N y sólo unos días después de que los presos de la banda terrorista pidiesen a la organización un alto el fuego permanente, unilateral y verificable por la comunidad internacional. En las horas y días siguientes a la difusión del comunicado, una cascada de reacciones tanto en el ámbito político como social inundaron los medios de comunicación y las redes sociales, especialmente Twitter, ardieron con mensajes de esperanza, aunque también de cautela.
Si como promete ETA, se trata de un cese definitivo de la violencia, la organización terrorista habrá dejado atrás más de 40 años de asesinatos, extorsión y atentados. Desde que cometió el primero allá por 1960, la banda ha asesinado a 829 personas, de las que 506 eran miembros de las fuerzas de seguridad, 48 empresarios y 39 políticos. Y durante veinte de estos años El BOLETÍN ha informado puntualmente de la barbarie. Concretamente, en 1992, el año en que este diario salió a la calle, ETA cometió 18 atentados en los que murieron 26 personas.
La banda fue especialmente dura en la década de los 90. Masacres como la de Hipercor o la de casa cuartel de Zaragoza, marcaron esta etapa. Aunque hubo otros trágicos hechos que marcaron un hito por las reacciones de repulsa que provocaron. Uno de ellos fue el asesinato del ex presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente, tiroteado en febrero de 1996, crimen tras el cual surgió un nuevo símbolo en la lucha contra ETA: las Manos Blancas.
Pero fue el secuestro y asesinato dos días después del concejal de Ermua Miguel Angel Blanco, ocurrido entre los días 10 y 12 de julio de 1997, el que marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo. Su pueblo, Ermua, con su alcalde Carlos Totorica a la cabeza, comenzó a salir a la calle exigiendo la libertad del joven edil y miles de ciudadanos en toda España hicieron lo mismo, conmocionados por una novedad: nunca antes ETA había cometido un secuestro y puesto fecha para acabar con la vida de la víctima.
Por ello, Ermua se convirtió en un referente social y se acuñó el término el ‘espíritu de Ermua’ para definir el movimiento cívico espontáneo por el que millones de personas se manifestaron por toda España, incluso en el País Vasco, que tenía un valor añadido. Aunque, posteriormente, este sentimiento colectivo -que inspiró organizaciones cívicas como el Foro de Ermua- fue desvirtuado al ser utilizado como arma electoral y partidista.
Treguas y diálogos Durante estos años, la banda también ha ‘decretado’ numerosas treguas que fueron aprovechadas por los distintos gobiernos para mantener un diálogo con los terroristas.
Entre 1998 y 1999, hubo una tregua durante 14 meses con el Gobierno de José María Aznar; en julio de 2004 sólo para Cataluña se anunció un polémico alto el fuego que costó el puesto al entonces consejero jefe de la Generalitat, Josep Lluis Carod Rovira; y en marzo 2006 la organización volvió a declarar un alto el fuego permanente que rompió en diciembre de ese mismo año con una bomba en el aeropuerto de Barajas, un atentado que puso fin al proceso de diálogo abierto por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con el apoyo de todos los grupos parlamentarios a excepción del PP, el popularmente como ‘proceso de paz’.
Los atentados que marcaron una época
Unos de los atentados políticamente más significativo de ETA fue el asesinato en Madrid del almirante Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno y pieza clave del régimen de Franco, el 20 de diciembre de 1973.
El ataque perpetrado en un Hipercor de Barcelona en 1987, que causó veintiún muertos, es el más sangriento de la historia de ETA.
En diciembre de este mismo año, un coche bomba estalla frente a la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, matando a 12 personas, cinco de ellas niños.
El 19 de abril de 1995, ETA intentó atentar contra José María Aznar cuando era líder de la oposición. Salió ileso por el blindaje de su automóvil.
14 febrero 1996.- ETA asesina al expresidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente, en su despacho de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid.
12 julio 1997.- ETA asesina al concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco, tras haberle secuestrado 48 horas antes.
21 noviembre 2000.- Asesinado en el garaje de su domicilio en Barcelona el ex ministro socialista Ernest Lluch.
En España, el último atentado se produjo en Mallorca el 30 de julio de 2009 y causó la muerte de dos guardias civiles, en la localidad de Calviá.
La última vez que ETA mató fue el 16 de marzo de 2010 y no fue en territorio español. Por primera vez en su historia, asesinó a un policía francés
