El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha copiado la estrategia de Esperanza Aguirre para intentar sortear el ‘caso Gürtel’. Como la ‘lideresa’ ya hiciera, Rajoy ha asegurado que él dio la orden en 2004 de poner fin a las relaciones con la empresa de Francisco Correa.
Seis días después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid aprovechase que todos los focos se centraban en la región valenciana y levantara el dedo acusador contra un implicado en el ‘caso Gürtel’ y ex miembro de su equipo de gobierno como es Alberto López Viejo, Rajoy ha utilizado la misma falange para culpar a otros de la relación con esta trama.
El pasado viernes la ‘lideresa’ aseguró estar “muy dolida” con Alberto López Viejo por no aceptar en 2005 su orden de cortar relaciones con las empresas de Correa y continuar con los ‘negocios’. Estrategia esta de escurrir el bulto que ha sido la utilizada por Mariano Rajoy en su vuelta a las ruedas de prensa de Génova.
Seis meses ha tardado el presidente del PP en volver a dar la cara ante los medios en la sede central del partido conocedor del acoso que iba a sufrir. “Sólo una pregunta por cabeza y con cuidado” instruían a los medios las responsables de prensa del PP.
Ante esta expectación, Rajoy ha querido dejar bien claro desde el principio de su intervención que él mismo dio la orden en 2004 de “relaciones rotas” con las empresas de Francisco Correa ante la “pérdida de confianza por el uso del nombre del PP en beneficio propio”.
Mandato que trasladó “al gerente nacional del partido y al tesorero y se cumplió”. Y es que, como muy bien ha señalado Rajoy, como presidente nacional, no tiene porqué saber quién hace los actos del partido. Aunque esta característica no sólo se ciñe a Rajoy.
El mencionado desconocimiento del presidente del PP también es una característica del líder de los populares valencianos, ya que para Génova, según han asegurado a EL BOLETIN fuentes del partido, es el secretario general el que debe ser el responsable de la gestión del día a día. Así, por este motivo, el que se encargaba de esta labor en el PPCV, Ricardo Costa, es el “único responsable de la sospecha que levanta el informe policial sobre una presunta financiación ilegal del partido”.
Precisamente esta sospecha, que las mencionadas fuentes del PP no han cesado en dudar de su veracidad, ha sido el “elemento nuevo” para cesarle en sus cargos. Informe que también incluye los nombres de responsables de la Generalitat como Vicente Rambla, pero que al ser cargos del gobierno no les afecta como a Costa. “Como secretario general tiene un plus de responsabilidad sobre los demás” ha asegurado Rajoy.
Este cargo precisamente es el que diferencia a Francisco Camps y a Costa. “El presidente no tiene porqué conocer las gestiones del partido” han destacado fuentes de Génova con lo que se le excluye de cualquier culpa en este asunto.
Código de buena conducta
El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha anunciado la creación de un “código de buenas prácticas que refuerce la transparencia” de las cuentas del partido. Tras la destitución del secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, por, según se menciona en el artículo de arriba, la sospecha de financiación irregular, Rajoy ha querido reforzar la claridad de las gestiones del PP. No es que las cuentas del partido no sean lo suficientemente claras, ha querido asegurar el presidente popular, ya que “todas las cuentas son legales y han pasado la revisión del Tribunal de Cuentas”.
A pesar de todo esto, él mismo va a proponer en los próximos días al Comité Ejecutivo la creación de este código a cumplir por todos los cargos del partido.
El anuncio de este guión de actuación no es nuevo para algunos miembros del PP, ya que según ha asegurado el propio Mariano Rajoy, “José María Aznar ya inició” un código que ahora será ampliado por el equipo de Génova.
