El nuevo portavoz de los obispos atribuye las amenazas del PSOE de romper el Concordato a su crisis interna

Iglesia Católica

El nuevo portavoz de los obispos atribuye las amenazas del PSOE de romper el Concordato a su crisis interna

José María Gil-Tamayo, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española

Gil Tamayo asegura que el Papa Francisco no es un fenómeno fruto de una campaña de marketing. El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, afirmó en la SER que “la Iglesia está siempre en estado de renovación” y asegura que el “fenómeno Francisco no es una campaña de marketing: Tiene un alcance profundo”, aunque reconoce que “nadie esperaba al Papa Bergoglio y que viniera que este ímpetu”.

Recuerda que la Iglesia no es un contrincante político y reivindica el papel de la Iglesia en la Transición.

Tiene vocación de calle, pero en la clave la calle es mía sino porque está llamada a evangelizar, independientemente del partido que gobierne_“No es función de la iglesia abanderar manifestaciones”.

A la pregunta de cómo se llevan con el Gobierno actual, respondió: “yo soy un cura de pueblo no me he movido en estos ámbitos tendré que esperar a conocer.

A la pregunta de cómo van las vocaciones, reconoce que las vocaciones han disminuido, aunque ha habido un remonte. «Pero si no hay hijos…» Y lo relaciona pero a lo mejor tampoco hemos sabido presentar con atractivo la vocación sacerdotal.

Sobre la colocación de concertinas (cuchillas) en la valla de Melilla, dijo que ya se ha expresado: “Creo que hay otras formas de regular el acceso inmigrantes, al que hay que aceptar y acoger. “El inmigrante no es alguien que viene a perturbar el país, viene a construirlo: No es un delincuente el inmigrante”.

En relación a la ruptura de Concordato con la Santa Sede anunciada por el PSOE, el portavoz de los obispos dice que “como periodista sé cuándo se dice algo en un mitin, en un momento de problemas internos”.

Comparte con el Papa las críticas al capitalismo ‘salvaje’ y Gil Tamayo dice que hay una economía que está haciendo del dinero un dios, la economía del descarte que se olvida no sólo del trabajo sino sobre todo de la persona y esto hay que cambiarlo.

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