Los sindicatos acusan al Gobierno de Ignacio González de usar «tácticas fascistas» con los trabajadores de Metro

Huelga de Metro

Los sindicatos acusan al Gobierno de Ignacio González de usar «tácticas fascistas» con los trabajadores de Metro

Tren del metro de madrid

CCOO ha acusado al consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid de utilizar tácticas del fascismo para desprestigiar a los trabajadores de Metro, después de que ayer Cavero calificara al colectivo en huelga de “privilegiado”.

Los paros parciales de dos horas que con carácter indefinido están realizando los trabajadores de Metro contra la bajada media del 10% del sueldo o los 720 despidos que propone la dirección han provocado que aumente la tensión y se acentúe la guerra de declaraciones entre los sindicatos y el Gobierno de Ignacio González.

Ayer, el consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, Pablo Cavero, acusó a los trabajadores de Metro de ser un colectivo «privilegiado», que está ejerciendo «reivindicaciones insaciables» gracias a la capacidad de «chantaje y presión» que supone un transporte básico para Madrid y hoy CCOO le ha acusado de utilizar tácticas fascistas.

Según asegura el sindicato en un comunicado “Cavero miente burdamente sobre las reivindicaciones de la plantilla de Metro, ya que en la negociación se están produciendo ofertas de fuerte moderación del gasto salarial y profundiza en la persecución a los representantes sindicales y a sus sindicatos, porque sabe que la destrucción de la organización sindical sería el principio del fin de la resistencia efectiva en Metro”.

Y añade que “en una sociedad cerca de ser vencida, quien aún puede resistir es acusado de insolidario y de buscar el perjuicio del colectivo. Es una vieja táctica del fascismo de los años veinte, que ha incorporado el manual de comunicación del Partido Popular y de los gobiernos que dirige”.

Los sindicalista explican que “la plantilla de Metro lucha porque sabe que los recortes en gasto público, la caída brutal de los salarios en muchos sectores y empresas y la terrible destrucción de empleo, son absolutamente injustos y desproporcionados, porque vuelcan sobre los asalariados, parados, jóvenes, estudiantes y pensionistas toda la carga de la crisis, esfuerzos y sacrificios, mientras que las rentas de los directivos y los beneficios de los grandes grupos empresariales crecen”.

Y señala que mientras esto sucede “los cargos de confianza de las administraciones y en Metro de Madrid, con salarios muy superiores a los empleados públicos, se mantienen; mientras los bancos son rescatados con dinero público, ese que sale de la paga extra de los trabajadores de las administraciones y empresas públicas; de los recortes en la sanidad y la educación pública, en los servicios sociales o de la protección al desempleo”.
CCOO señala que “la diferencia entre la plantilla de Metro y otros muchos miles de trabajadores y trabajadoras es que estos últimos, desgraciadamente, no pueden resistirse, porque no tienen condiciones para hacerlo”.

Desde esta central sindical se hace notar que “los usuarios a los que el consejero quiere enfrentar con la plantilla de Metro y sus reivindicaciones, son también trabajadores y trabajadoras, activos o parados, o pensionistas, que desearían poder luchar y resistir a los recortes de todo tipo que han sufrido en su trabajo, cuando han sido despedidos, cuando han sido estafados con las preferentes, cuando sus pensiones han sido recortadas, cuando han privatizado su hospital”.

Y explica que “la principal reivindicación de los trabajadores y trabajadoras del Metro de Madrid es el mantenimiento del empleo, con derechos, que les ha costado cuarenta años conseguir, a ellos y a quienes les antecedieron. Y saben que cada céntimo que cedan en sus salarios, o cada empleo que se destruya, no sería con fines solidarios para mantener la protección social del resto de la clase trabajadora de Madrid, sino que terminaría mejorando el balance de algún banco o facilitando, mediante el fuerte abaratamiento de la mano de obra, la privatización de su propia empresa, objetivo real que CCOO sospecha se encuentra detrás de todo esto”.

A pesar de todas estas críticas, “CCOO cree que aún es posible un acuerdo que asegure el empleo y la contención del gasto de esta empresa pública, en el marco de un proyecto que garantice la calidad de un trasporte que la propia administración califica de magnífico, pero que cada día lo es menos, y al servicio del pueblo de Madrid que espera de sus gobernantes que mantengan el carácter social del transporte público”.

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