Si Esperanza Aguirre no era amiga de las bicefalías y quería dejar la presidencia del PP de Madrid cuanto antes para que su sucesor, Ignacio González, se convirtiera en el líder incontestable, a Dolores de Cospedal, por cuenta de Génova o motu proprio, le parece ahora que no hay ninguna prisa ni un candidato único para tomar el mando del partido en la Villa y Corte.
La secretaria general del PP, mantiene las distancias con Ignacio González, a quien ha acompañado hoy en su toma de posesión como presidente de la Comunidad de Madrid y, sin embargo, ha aprovechado para lanzarle una advertencia al recordarle que el puesto de presidente del PP de Madrid puede elegirse en una Junta Directiva.
Para Cospedal, la sucesión debe hacerse sin prisas y con mucha negociación de por medio. Un proceso en el que tendrán que intervenir tanto los militantes madrileños como Génova. Y que no necesariamente tendría que abordarse por medio de un nuevo congreso regional.
Algunas interpretaciones sobre este nebuloso calendario esbozado por Cospedal ante la prensa que corren dentro del PP madrileño coinciden en señalar que desde Génova quieren asegurarse de que nadie vuelva a tener tanto poder como el que acumuló Esperanza Aguirre.
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