Las últimas propuestas económicas de la Generalitat de Cataluña hacen cada vez más complicado para CiU sumar apoyos a los primeros presupuestos autonómicos que presentará desde que gobierna, que se votarán en julio en el Parlament. Mientras el PSC descarta por completo un pacto en torno a las cuentas con el Gobierno de Artur Mas después de que éste eliminara el impuesto de sucesiones, ahora es el PP el que marca distancias al criticar las “contradicciones” del Govern, tras su paso atrás en la rebaja del IRPF a las rentas altas.
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, calificó hoy a Mas de ser “el Zapatero catalán” por sus “contradicciones” al anunciar que dejará sin efecto la subida del IRPF para las rentas altas, que aprobó el tripartito de José Montilla en la recta final de su legislatura, para después rectificar y postergarlo hasta que finalice el proceso de ajuste de las cuentas catalanas. La líder popular opinó que el Gobierno de Mas está «en prácticas» y es de «segunda división» y recordó que los populares ya presentaron una propuesta en el Parlament para eliminar la subida del IRPF que aprobó Montilla y sin embargo no recibió el apoyo de los diputados de la federación.
El PSC tampoco recibe con buenos ojos lo que considera un “globo sonda” lanzado por el Gobierno catalán. No en vano un Gobierno socialista aprobó la subida fiscal a los ingresos altos. El alcalde de Mataró y candidato del PSC a la reelección, Joan Antoni Barón, mostró su «sorpresa y estupor” ante medidas como esta y añadió que «no son de recibo en momentos de recortes en sanidad, educación y bienestar social». De la misma manera, el alcalde de Barcelona y candidato del PSC a la reelección, Jordi Hereu, ha afirmado que «es un despropósito, injusto e inapropiado».
Estas reacciones se unen a la que expresó la portavoz adjunta del PSC en la Cámara catalana Laia Bonet después de que se aprobara la supresión del impuesto de sucesiones. “Hoy se ha cerrado la puerta a pactar los presupuestos con el PSC”, advirtió Bonet en aquel momento.
La izquierda nacionalista tampoco parece estar por la labor de dar su apoyo. El secretario general de ERC, Joan Ridao, ha acusado al consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, de gobernar para una «minoría selecta» mientras las protestas contra los recortes sociales ocupan las calles. Por su parte, el secretario general de ICV, Joan Herrera, ha calificado de «obsceno e indignante que el Govern consagre los privilegios de una minoría”.
El presidente catalán tendrá que emplearse a fondo si no quiere que su Gobierno reciba un golpe de gravedad con el rechazo de los presupuestos en la Cámara catalana.
