Último intento a la desesperada de Ana Botella para ‘librarse’ del caso Madrid Arena. La alcaldesa de la capital ha ofrecido la cabeza de Simón Viñals, el médico de guardia en la fiesta de Halloween en la que fallecieron cinco jóvenes, para acabar con las voces que exigen su dimisión y la de su ‘número dos’, Miguel Ángel Villanueva, por la tragedia. Esta decisión ha elevado la tensión en el PP madrileño, ya que supone el enfrentamiento del equipo municipal con los antiguos ‘dueños’ del consistorio.
Según ha adelantado hoy el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, los servicios jurídicos del Ayuntamiento están valorando una posible actuación contra Simón Viñals después de que el Colegio de Médicos haya asegurado que al contar con la condición de colegiado honorífico no podía ejercer desde 2005. Con esta medida el Ayuntamiento, aunque no ha confirmado que acabará por llevar a este facultativo ante los tribunales, deja claro que está dispuesto a ofrecer su cabeza para zanjar el problema.
El objetivo de la alcaldesa, ante las constantes peticiones para que algún miembro del consistorio asuma responsabilidades y dimita por la tragedia del Madrid Arena, es no quedarse sola, ya que, tal y como apuntan algunos observadores políticos, todo señala a que sería Villanueva quien tendría que dejar su puesto.
Para evitarlo, la alcaldesa ha puesto en bandeja la cabeza de Viñals, lo que ha incrementado la tensión en el PP de Madrid ya que con esta decisión el equipo municipal se enfrenta directamente a los antiguos ‘dueños’ del consistorio. Estas dos partes parecían mantener un pacto de no agresión que ahora podría haberse roto.
Simón Viñals está estrechamente vinculado con el PP. Fue concejal del partido en el Ayuntamiento de Madrid durante el mandato de José María Álvarez del Manzano, y en muchos círculos políticos se le recuerda no por haber sido el fundador del Samur, sino por su vinculación al ‘caso Funeraria’.
El nombre de Viñals apareció relacionado con la venta fraudulenta de la Empresa Municipal de Servicios Funerarios, que fue privatizada por 0,60 euros (100 pesetas) cuando pudo haber sido vendida por 7.430.132 euros (1.236.270.000 pesetas). El médico estuvo imputado en este caso, que se dilató en los juzgados durante quince años, por los delitos de malversación de fondos públicos, maquinación para alterar el valor de las cosas, falsedad documental y tráfico de influencias, aunque finalmente en 2008, cuando se produjo el fallo judicial, quedó absuelto de estos cargos.
No obstante, la gran repercusión de este caso fue precisamente la que provocó su retirada ‘forzosa’ de la política. Ante las críticas que suscitó esta privatización, el entonces secretario general del PP, Javier Arenas, junto a la dirección del partido en Madrid pidió a Simón Viñals, responsable del área de Salud, y a los otros dos implicados en el caso que dejasen sus cargos y acepten la suspensión temporal de militancia.
Desde entonces, el septuagenario médico se había mantenido apartado de la política, aunque no había dejado de lado su estrecha vinculación con el PP.
Hasta ahora, sólo ha dimitido Pedro Calvo, que ocupaba el cargo de delegado de Economía y Empleo del Ayuntamiento, aunque mantiene su acta de concejal. También han sido cesados dos cargos de la empresa que gestiona el pabellón deportivo municipal, Madrid Espacios y Congresos (Madridec): el que fuese consejero delegado, José Rivero, y Jorge Rodrigo, que era el director gerente.
