El regreso al ‘tajo’ de Esperanza Aguirre como presidenta del PP de Madrid para defender a Ignacio González ayer en Villaviciosa de Odón escenificó la ruptura en la que se encuentra el partido de la región. El sector crítico de los populares plantó a la ‘lideresa’ en un acto que se esperaba que fuera todo un baño de masas tras su adiós al poder autonómico.
La entrega ayer de 400 carnets a nuevos afiliados del PP en la sede del partido en Villaviciosa de Odón sirvió para mostrar la división que existen en las filas de los populares de la región. A pesar de los esfuerzos de Esperanza Aguirre por acaparar todos los focos con su defensa a capa y espada de su sucesor ante las críticas internas, la realidad fue que el verdadero protagonismo recayó en las notables ausencias que se dieron en este acto.
Ningún dirigente del sector contrario a la ‘lideresa’ acudió a una cita que desde el entorno de Aguirre se había planeado como un baño de masas tras su decisión de abandonar la presidencia autonómica. Un plantón con el que este sector crítico quería evidenciar que no todos reman en la dirección que marca la aún presidenta del PP madrileño.
A pesar de la presencia de ‘aguirristas’ como el consejero de Presidencia y Justicia, Salvador Victoria; el de Medio Ambiente, Borja Sarasola; la de Empleo, Ana Isabel Mariño; o el veterano Manuel Pizarro, destacaron las ausencias de representantes del ala ‘gallardonista’. Los dirigentes del PP cercanos al ministro de Justicia decidieron no acudir a un evento convocado por el PP madrileño de vital importancia para González.
Una división en las filas de los populares más viva que nunca que coincide con el resurgir del ‘caso Gürtel’ que salpicó a la bases del PP madrileño y, en concreto, al Gobierno que presidió Esperanza Aguirre. Se espera que en los próximos días declaren altos cargos de este Ejecutivo como Alberto López Viejo.
