El Juzgado de Instrucción número uno de Marbella (Málaga) ha citado a declarar como imputados al actor escocés Sean Connery y a su esposa Micheline Roquebrune en una causa relacionada con el blanqueo de capitales en el sector inmobiliario dentro de la operación policial ‘Goldfinger’.
Estas diligencias, que guardan relación con convenios urbanísticos, contaban ya con otros 21 imputados, a los que se les suman otros siete.
Connery y su esposa tendrán que declarar en los próximos días junto a otros cinco abogados implicados en el juzgado número uno de Marbella. Esta decisión se produce después de que la Policía Nacional realizara el pasado miércoles una serie de registros tanto en el municipio malagueño como en un bufete de abogados de Madrid. La intención de los agentes era encontrar documentación concreta y precisaron que en esta investigación aparecía, presuntamente, el nombre del actor.
El juzgado investiga concretamente la venta de la finca Casa Malibú, que había pertenecido a Connery y en donde se levantó un complejo de apartamentos de lujo en primera línea de playa en la que los precios de las casas rondan los 1,5 millones de euros. El actor compró esta finca en los años 70 y la vendió 28 años después.
La investigación al actor escocés no es la primera que sufre, ya que en marzo de 2009 Connery fue citado por un tribunal de primera instancia de Ginebra para explicar algunos negocios supuestamente fraudulentos, todos relacionados con el urbanismo y el lujo.
Villas en la Riviera francesa, la compra y venta de diamantes y grandes cantidades de dinero fue lo que levantó la sospecha de los tribunales. El promotor inmobiliario Jean-René recibió un préstamo del actor de cuatro millones de dólares, y éste, como garantía, recibió joyas y títulos de propiedad que también vendió.
